Al menos 43 personas han muerto, entre ellas 15 niños, y 27 niñas permanecen desaparecidas tras las intensas lluvias que azotaron Texas desde el jueves 3 de julio.

Redacción / Izúcar de Matamoros, Pue.

Las precipitaciones provocaron severas inundaciones en distintos condados del estado, donde los equipos de rescate continúan trabajando para localizar a sobrevivientes y evaluar los daños.

El condado de Kerr es uno de los más afectados. Las crecidas repentinas de los ríos dificultaron las evacuaciones y dejaron un saldo trágico de 28 adultos y 15 menores fallecidos, según informó el sheriff Laary Leitha. Además, 27 niñas que asistían al campamento cristiano «Camp Mystic» siguen sin ser localizadas. Hasta el momento, se han logrado rescatar con vida a 59 personas, pero los trabajos continúan entre caminos destruidos y escombros.

En otros condados también se han reportado víctimas:

• Travis: Cuatro muertos y 13 personas desaparecidas, informó Héctor Nieto, de la oficina de información pública.
• Tom Green: Fue hallado el cuerpo de una mujer de 62 años.
• Burnet: Se reportaron dos víctimas mortales, de acuerdo con el coordinador de emergencias Derek Marchio.
• Kendall: Una persona fallecida fue confirmada.

Aunque las lluvias disminuyeron el sábado, muchas comunidades rurales continúan aisladas debido a los lodazales y carreteras colapsadas. Las autoridades han advertido sobre nuevos riesgos derivados del agua estancada y los daños estructurales.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró «zona de desastre» en los condados afectados y activó a la Guardia Nacional para apoyar en los rescates. Por su parte, las familias de las niñas desaparecidas exigen respuestas inmediatas y acciones urgentes para su localización.

Mientras el estado comienza a cuantificar los daños materiales, la magnitud de las pérdidas humanas, particularmente entre menores de edad, deja en evidencia la crudeza del desastre. Las labores de búsqueda no se detienen, pero con el paso de las horas se reducen las esperanzas de encontrar sobrevivientes.

La pregunta que resuena entre los habitantes es inevitable: ¿se pudo haber hecho más para evitar esta tragedia?