-Senadores exigen cambios en la estrategia contra el crimen organizado.

Juan Rubio / Izúcar de Matamoros, Pue.

En una polémica audiencia ante el Comité de Apropiaciones del Senado de Estados Unidos, la fiscal general Pam Bondi colocó a México en una lista de “países adversarios extranjeros”, señalando que la seguridad nacional de su país está en riesgo por el tráfico de drogas y la influencia de los cárteles mexicanos.

Bondi afirmó que bajo el liderazgo del expresidente Donald Trump, Estados Unidos hará todo lo necesario para mantener a la nación segura, incluyendo confrontar amenazas provenientes de Irán, Rusia, China y México. “No nos dejaremos intimidar”, declaró la fiscal, en respuesta a preguntas del senador republicano Lindsey Graham sobre la influencia extranjera en la seguridad estadounidense.

El senador Graham se enfocó particularmente en el rol de México en la crisis del fentanilo, señalando que el país no está haciendo lo suficiente para detener el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Durante el intercambio, Graham aseguró que “la mitad de México está gobernada por cárteles” y pidió públicamente que el gobierno mexicano cambie su estrategia.

“Ya basta de esa porquería”, dijo Graham, refiriéndose a las acciones de los cárteles y la falta de control sobre el narcotráfico. Aseguró que Estados Unidos tomará medidas contra los cárteles, con o sin el apoyo de México.

Por su parte, Bondi evitó responder preguntas sobre las acciones específicas de México, sugiriendo que el tema debería discutirse en un espacio clasificado. Sin embargo, reconoció que el Cártel de Sinaloa sigue siendo una amenaza importante y que el tráfico de fentanilo está causando estragos en ambos lados de la frontera.

Otro tema candente fue el tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México. El senador demócrata Jack Reed cuestionó a Bondi sobre las medidas adoptadas para evitar que armas estadounidenses lleguen a los cárteles mexicanos.

Reed acusó que estas armas han fortalecido a los grupos criminales hasta convertirlos en organizaciones militarizadas. Aunque Bondi defendió que la administración ha aumentado los decomisos y arrestos relacionados con armas ilegales, evitó abordar las críticas de Reed sobre las facilidades con las que estas armas cruzan la frontera.

“Ustedes están permitiendo que las armas sean compradas en Estados Unidos y llevadas al otro lado de la frontera”, replicó el senador, destacando la responsabilidad compartida entre ambos países.

Las declaraciones de Bondi y los senadores reflejan una escalada en la retórica de Washington hacia México, que podría tensar aún más la relación bilateral. Los señalamientos sobre los cárteles, el fentanilo y el tráfico de armas apuntan a una percepción de inacción por parte del gobierno mexicano, mientras Estados Unidos intenta abordar su crisis de adicciones y violencia.

La administración estadounidense, sin embargo, enfrenta sus propios desafíos internos, como el control del tráfico de armas dentro de su territorio, un tema que también ha sido cuestionado por legisladores demócratas.

En este complejo escenario, las tensiones entre ambos países podrían derivar en nuevas medidas unilaterales por parte de Estados Unidos, especialmente si persisten las críticas hacia las estrategias mexicanas contra el crimen organizado.

El futuro de la cooperación entre México y Estados Unidos depende de abordar desafíos compartidos, en medio de un clima de acusaciones y demandas mutuas.