Por: Nicolás Dávila Peralta
El sábado 24 de agosto se realizó una asamblea en la que políticos de diversos partidos y ciudadanos sin partido anunciaron la creación de una nueva organización política a la que denominan Futuro 21. La iniciativa, al parecer, la encabezan “Los Chuchos”, líderes perredistas que llevaron al PRD al borde de su desaparición.
El partido fundado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y los grupos de izquierda de los años 80 se derrumbó en las elecciones de 2018, hasta ubicarse en el quinto lugar de las preferencias del electorado, y ha quedado como un partido en ruinas.
Su gran error ha sido sus alianzas con la derecha panista y su apoyo incondicional a las reformas estructurales, a través del Pacto por México, una alianza entre el PRI, el PAN y el partido del Sol Azteca, que llevó a las reformas constitucionales que privatizaron la producción petrolera, hicieron una reforma educativa que no imprimió calidad a la educación y sí afectó a los profesores, y una reforma laboral que quitó derechos a los trabajadores.
A la cabeza de este rumbo errático que tomó el partido estuvieron —y siguen estando— “Los Chuchos”: Jesús Ortega y Jesús Zambrano. Hoy son ellos los que han convocado a la creación de Futuro 21, convocatoria a la que han respondido no solo sus seguidores, sino políticos que vienen lo mismo del PAN que del PRI y del desaparecido Partido Nueva Alianza, fundado por la profesora Elba Esther Gordillo.
En la asamblea de presentación de este proyecto estuvieron, entre otros políticos, Miguel Ángel Mancera, senador y exjefe de gobierno de la Ciudad de México; Silvano Aureoles, gobernador perredista de Michoacán; José Narro Robles y Beatriz Pagés Rebollar, recién salidos del PRI; Cecilia Soto, del Partido del Trabajo; Rubén Aguilar, panista y exvocero de Vicente Fox Quesada, y Gabriel Quadri, quien fuera candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nueva Alianza, famoso por su tuit: “Si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería un país de desarrollo medio y potencia emergente”.
Es curioso que en su plataforma política destaquen su intención de ser un contrapeso al partido gobernante, Morena, el combate a la corrupción y su discurso contra el autoritarismo, en referencia al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tres aspectos destacan en este que quiere ser un nuevo partido o un instituto político que sustituya al PRD, aun cuando todavía no se ponen de acuerdo los perredistas si ceden o no el registro a Futuro 21 (¿alguna vez llegaron a ponerse de acuerdo?): sus convocantes, sus propuestas y su antiAMLO.
Encabezan esta iniciativa los líderes de una tribu del PRD que lo ha alejado de sus principios originales para convertirlo en un partido comodín que lo mismo se alió con la derecha que comprometió el voto de sus diputados y senadores con las iniciativas neoliberales del PRI.
Igualmente, se han unido a esta iniciativa políticos que apenas hace dos meses militaban en el PRI, y uno de ellos buscaba contender por la presidencia del tricolor. Destaca también la figura del connotado vocero de Vicente Fox durante su (des)gobierno, aquél que se hizo famoso por la frase: “Lo que quiso decir el presidentes…”, y el excandidato presidencial por el Partido Nueva Alianza.
Todo un abanico de políticos y analistas que va de la derecha a la izquierda y demuestra la ausencia de principios que definan el carácter político y consoliden un proyecto alternativo de nación. En fin, una muestra patética del nivel al que han descendido los partidos políticos, sin ideología, sin principios, sin proyectos de nación.
El segundo aspecto es su plataforma política. Los perredistas reiteran lo que ya sabíamos: no son de izquierda, y en la declaración ubican a Futuro 21 en el marco de la socialdemocracia. En sus diez principios reiteran el combate a la corrupción, el fortalecimiento del nacionalismo y el laicismo del Estado mexicano.
Pero todo esto lo encierran en un rechazo al gobierno de López Obrador, al que califican de autoritario y de no respetar a quienes no piensan como él.
En este punto, los discursos de los que tomaron la palabra en la Convención Nacional del sábado 24 son una calca de las proclamas que aparecen en las protestas contra el actual gobierno y de los mensajes que diariamente suben a las redes sociales miembros y simpatizantes de las organizaciones de derecha.
Que la democracia requiere de la pluralidad política, nadie lo duda; pero un movimiento como Futuro 21, con una mezcla de políticos de derecha, centro e izquierda, cuya primera intención es competir en las elecciones federales de 2021 sólo para quitarle la mayoría al partido gobernante, no contribuye mucho a esa pluralidad, tan necesaria para evitar el autoritarismo de los tiempos del priismo y las incoherencias de los gobiernos panistas.
La única esperanza es que a Futuro 21 lo salven algunos intelectuales que se han unido a esa iniciativa. Esperemos que no les pase lo de los intelectuales que en 2000 llamaron a votar por Vicente Fox con el argumento de que ese era un “voto útil”.