Voz joven / Natali López
En los últimos días, el aborto ha tocado nuevamente la puerta del debate en la sociedad mexicana, con la aprobación del Congreso de Nuevo León a la reforma al artículo 1 de la Constitución del estado, “para reconocer el derecho a la vida desde la concepción”.
Planteo una situación: con esta aprobación, cualquier mujer que haya sufrido una violación y como resultado de ésta termine embarazada y no quiera tener al bebe, estaría cometiendo un delito, entrando en un conflicto que la puede llevar a abortar clandestinamente, arriesgando su propia vida.
Por eso es que esta situación también ha llegado al Senado de la República, comenzando con la aparición de los pañuelos verdes, que representan el movimiento a favor de la legalización del aborto. Esta presencia de los pañuelos verdes en el asiento de la senadora de Morena Lilly Téllez, fue tomada por la legisladora como una falta de respeto hacia ella, mencionando que para ella ese trapo verde significaba la muerte.
Con su intervención en este tema, señaló que presentará una iniciativa de reforma constitucional, para que el Estado mexicano proteja a todo individuo desde la concepción.
Por otro lado, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, busca que el aborto sea legal en todo México, planteando un Código Penal único, coincidiendo con otras voces que en México hace falta algo así; conozco que, en otros estados, no hay ninguna ley a favor o en contra, simplemente se mantiene congelada.
Las manifestaciones son muchas a favor y en contra de este tema; se dejaron ver con la cercanía al Día Internacional de la Mujer, donde muchas mujeres salen a exigir su libertad y sus derechos, porque tenemos todo el derecho de hacerlo, sabiendo que vivimos en un país más preocupado por llevar a mujeres a la cárcel por abortar, que en llevar a hombres por violar, agredir, explotar sexualmente, asesinar y desaparecer mujeres.
Con estas exposiciones pienso que el aborto es un tema delicado para que sea juzgado en cualquier Congreso de la nación o en cualquier país, porque es una decisión tan personal en la vida de cada mujer que la impactará por el resto de su vida.