* Tras perder la vista, la víctima señala que su “vida es más hermosa ahora”
El pasado 6 de febrero, Kaylee Muthart, una joven de 20 años, se arrancó los ojos con sus propias manos Lo hizo por las alucinaciones que estaba teniendo a causa de haber consumido metanfetamina. Lamentablemente, la mujer perdió la vista.
De acuerdo con la información, se encontraba a las puertas de una iglesia en el pequeño pueblo de Anderson, Carolina del Sur, Estados Unidos, lugar donde llegaron elementos de la policía para someter a al joven y trasladarla al hospital.
Kaylee fue dada de alta el 1 primero de marzo y por fin pudo regresar a la casa de su madre. En los últimos días, la joven ha tenido que lidiar con una vida muy diferente a la cual estaba acostumbrada, pero trata de afrontar los nuevos desafíos con optimismo. En una entrevista para la revista People, dijo:
“Es la misma vida, pero estoy aprendiendo todo de una nueva manera. La vida es más bella ahora, la vida es más hermosa de lo que era antes con las drogas. Aquel era un mundo horrible para vivir”.
Kaylee afirma que ella prefiere estar ciega y ser “ella misma” que ser la Kaylee drogadicta de años recientes.
Todo empezó meses antes del suceso, cuando unos amigos del trabajo le ofrecieron marihuana mezclada con una droga más potente como cocaína. Kaylee nunca había sentido un efecto como tal y -asustada por la experiencia- dejó su trabajo.
Unas semanas después, la joven encontró otro empleo y al poco tiempo, un compañero la convenció para que probara la metanfetamina. Kailee dijo que se grabó a sí misma y no podía creer que estuvo despierta por tres días seguidos. Acto seguido, se comprometió a dejar las drogas pero no tardó mucho en caer de nuevo en el círculo vicioso, al sentirse sola y deprimida.
Dias antes de ingresar a un centro de rehabilitación, Kailee volvió a probar las metanfetaminas. Ella describió esta última experiencia como una alteración de su relación Dios, lo suficientemente intensa para sacarse los ojos como un tipo de sacrificio:
Pensé que todos los que habían muerto estaban atrapados en sus tumbas, que Dios estaba solo en el cielo, y que tenía que sacrificar algo importante para liberar a todos en el mundo.
Pero más allá de eso, ella quiera compartir su historia, para que más gente de su edad esté consciente sobre los peligros que presenta el consumo de drogas.