Redacción / Puebla, Pue.
Los operativos por parte del Ayuntamiento de Puebla en el Centro Histórico, implementados para evitar la instalación de vendedores ambulantes, han generado una fuerte preocupación entre los locatarios establecidos. Desde la madrugada de este lunes 7 de octubre, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), desplegó elementos en áreas claves, como las de la 2 a la 12 Poniente, y entre la 2 y 5 Norte, para mantener libres las vialidades del comercio informal.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno municipal, los vendedores ambulantes han intentado reinstalarse en zonas como la Plaza de la Victoria y en intersecciones concurridas, como la 5 de Mayo con 8 y 10 Poniente. Colocan lonas pequeñas con mercancía, principalmente ropa, para vender de manera rápida, aunque los inspectores de la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Policía Municipal vigilan de cerca para evitar su asentamiento.
Sin embargo, estas actividades han tenido un fuerte impacto en los negocios establecidos del Centro Histórico. Los locatarios afirman que las restricciones han reducido sus ventas hasta en un 50%, lo que amenaza la estabilidad de sus empleos y la economía local. Cerca de 300 comerciantes establecidos han sido afectados directamente, debido a la disminución del tráfico vehicular y la falta de acceso tanto para residentes como turistas.
Expusieron que el cierre de vialidades, vigente desde el pasado 9 de agosto, ha coincidido con una temporada clave para el comercio mayorista y minorista, lo que ha agravado la situación, por los que exigen que el Gobierno municipal reabra “a la brevedad” las calles, para evitar más pérdidas económicas y preservar los empleos que dependen de estos negocios.
El Ayuntamiento ha mantenido firme su postura desde el 12 de agosto pasado, reiterando que no permitirá la instalación de vendedores ambulantes en las calles del primer cuadro del Centro Histórico. Las autoridades consideran que el comercio informal afecta la imagen y orden de la zona.
Sin embargo, el conflicto entre comerciantes establecidos y ambulantes persiste, mientras que los operativos continúan sin una solución clara que beneficie a todas las partes involucradas.
La situación ha generado una creciente tensión entre quienes dependen del flujo turístico y comercial del centro de la ciudad, y aquellos que buscan vender en la vía pública, mientras el que la administración local intenta mantener el control sobre el espacio público.