Por: Jose Oscar Padilla Lobato
El pasado 23 de Marzo se cumplieron 27 años del magnicidio del candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio, perpetrado en Lomas Taurinas, Tijuana, mismo que conmocionó a todo México y que directa e indirectamente marcó un parteaguas de la democracia y la transición política a la mexicana; por un lado, este hecho violento fue una expresión de la decadencia del presidencialismo imperial y autoritario y rompió las reglas de la sucesión presidencial en el interior de la clase política gubernamental y la clase política priísta, desde la fundación del PNR el 4 de Marzo de 1929.
El magnicidio de Luis Donaldo Colosio que a pesar de haber tenido varios fiscales que investigaron el caso, que llegaron a la genial conclusión del asesino solitario, y no la hipótesis de la conspiración y confabulación de las superestructuras e infraestructura y sus actores underground del sistema político, colocó al PRI en el tobogán irreversible de la decadencia, no solo por la crisis del liderazgo sino la irreversible crisis cismática de la nomenklatura tricolor, por la incapacidad de procesar desde el interior de la clase política los cambios necesarios y reformas democráticas para la sobrevivencia de esa institución política que todavía ostenta una edad orgánica de más de 90 años.
El magnicidio de LDCM fue una herida que para el PRI le ha sido difícil y casi imposible de cicatrizar y sanar, esto se puso en evidencia con la pérdida de la presidencia de la República el año 2000 y en 2018.
Luis Donaldo Colosio y su histórico discurso del 6 de marzo de 1994
En este discurso, LDCM, visionario de la transición democrática en México, establece la distancia con el poder presidencial y pone las bases de un estado de partidos: la República parlamentaria.
Reforma del Poder, Reforma del Estado y Reforma del Gobierno:
1.- “Proponemos una reforma del poder para que exista una nueva relación entre los ciudadanos y el estado”.
2.- “Cuando el Estado ha pretendido concentrar el poder, el partido se ha debilitado”.
3.- “Lo que hace el Estado, el partido lo reciente”.
“Hoy ante el priísmo de México, ante todos los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo”.
4.- “Reformar el poder significa fortalecer y respetar las atribuciones del Congreso federal”.
5.- “Reformar el poder significa hacer del sistema de impartición de justicia una instancia independiente de máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la República”.
6.- “Reformar el poder significa llevar el gobierno a las comunidades a través de un nuevo federalismo”.
7.- “Es la hora de reformar el poder, de construir un equilibrio en la vida de la República, es la hora del poder del ciudadano, es la hora de la democracia en México”.
8.- “Pugnaremos por una profunda reforma del gobierno; un gobierno que esté cerca de la gente y un gobierno que sirva a la gente”.
LAS REFORMAS DEL IFE y del INE de 1978, 1990, 1996 y 2006 fueron inspiradas en el pensamiento de distinguidos priístas como Carlos A. Madrazo, Jesús Reyes Heroles y LDCM, así como de Manuel Gómez Morín, fundador del PAN y su ideólogo Carlos Castillo Peraza, además de Heberto Castillo Martínez, incansable luchador de la izquierda mexicana y dirigente estudiantil de 1968.
A 27 años del trágico deceso de Colosio, quedan muchas dudas, interrogantes y encrucijadas difíciles de despejar que, por las recientes declaraciones del “asesino confeso” de LDCM, Mario Aburto Martínez desde la prisión, el caso podría reabrirse; si hay voluntad política de las autoridades judiciales y del propio gobierno para que se investigue y se llegue al fondo del asunto, podría instalarse una la comisión de la verdad y de la memoria que aclare las lagunas del pasado para recuperar la memoria y el legado, sin que ello signifique exorcizar el pasado para glorificar el presente. Con el caso Colosio más allá de la judicialización, ¿habrá perdón y olvido?
El PRI en la encrucijada de las alianzas electorales con el PRD y con el PAN
Esas alianzas que signaron los partidos políticos del PRI, PRD y el PAN, denominada: ”Va Por México”, en perspectiva para las elecciones del 6 de Junio mismas que disputarán 15 gubernaturas, más de 2 mil 400 municipios y el relevo en la Cámara de Diputados del Congreso federal constituyen un desafío al pensamiento colosista con relación al verdadero compromiso con la democracia del siglo XXI, constituyendo un verdadero sacrilegio ideológico al mezclar la izquierda con la derecha como el agua y el aceite.
Es evidente el oportunismo y el coyunturismo electoral que han signado minorías partidarias al margen de proyectos ideológicos, valores y programas; estos partidos se han convertido en una caricatura de oposición y solo responden a intereses de cofradías familiares; son alianzas electoreras de franquicias eclécticas que por falta de mayoría van a la caza desesperada del voto ciudadano y con el único afán de quitarle la mayoría a MORENA, a excepción del movimiento ciudadano (MC).