Elizabeth Soriano / Información nacional
Lo único que faltaba para sentir un poco de paz y consuelo era tener en casa el cuerpo de su ser querido, darle el último adiós y dejarlo descansar en su última morada; este es el sentir de las familias de los migrantes mexicanos que perdieron la vida asfixiados en un tráiler en San Antonio Texas, quienes ya han recibido los restos de su ser amado para darles una sepultura digna.
Desde el pasado miércoles 13 de julio inició la repatriación de los cuerpos de los migrantes que fueron abandonados dentro de un tráiler en San Antonio Texas, para que posteriormente fueran distribuidos a su lugar de origen y darles un funeral digno y descansar en el lugar que los vio nacer.
Las gestiones y trámites se realizaron a través de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación, quienes actuaron en conjunto con el Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Defensa Nacional (Sedena), para coordinar una serie de vuelos para repatriar los restos de los migrantes hasta México.
De acuerdo con un comunicado del gobierno de México, los familiares decidieron que se repatriara a 25 de los 26 fallecidos, quedando a manos del gobierno los gastos del traslado desde Texas hasta sus lugares de origen.
Repatriados en una serie de vuelos
Debido a la capacidad de la aeronave donde serían trasladados los cuerpos, se tomó la decisión de realizar una serie de vuelos para completa la repatriación de todos los migrantes.
En el primer vuelo, realizado el 13 de julio, repatriaron los restos de 8 mexicanos, quienes respondían a los nombres de Gustavo “N” del Estado de México; María “M” y Omar “R” de Guanajuato; Jozue “D” de Oaxaca; Marcial “T” de Querétaro; y Jair “V”, Yovani “V” y Misael “O” de Veracruz.
La aeronave procedente de San Antonio, Texas, aterrizó el Aeropuerto Internacional de Toluca, donde la autoridad migratoria mexicana inició el traslado de los cuerpos a sus lugares de origen para que sus familiares pudieran brindarles una digna sepultura.
En el segundo vuelo se repatriaron los restos de 8 más que fueron identificados como Juan “T” originario del Estado de México; de Efraín “F” y José “N” de Guanajuato; Javier “F” y Mariano “S” de Oaxaca; así como de Francisco “D”, Mayra “B” y Fernando “G” de Zacatecas.
Posteriormente, en la tarde del 14 de julio en el Aeropuerto Internacional de Toluca aterrizó el tercer vuelo con ataúdes que guardaban los cuerpos de 7 migrantes que ya son esperados por sus familias para darles el último adiós y que descansen en paz.
La aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana llegó con los cuerpos de los connacionales Jesús ‘N’ y Pablo ‘N’ del estado de Veracruz; Pedro ‘N’, José ‘N’ y Óscar ‘N’ de Guanajuato; Julio ‘N’ de Chiapas y Marcos ‘N’ de Oaxaca.
Para los dos cuerpos restantes, fueron traídos a territorio mexicano en un vuelo realizado el viernes 15 de julio; en total se sumaron 25 personas que fueron repatriadas, asi como lo habían solicitado sus familiares.
Es importante destacar que el gobierno mexicano cubrió los gastos de los traslados, desde que salieron de San Antonio Texas, hasta que llegaron a sus hogares, donde ya sus familias los esperaban para darles el último adiós y llevarlos a su última morada, donde ya descansan en paz.
El dolor de recibir ataúdes en lugar de un abrazo
El total fueron 26 los migrantes mexicanos que perdieron la vida el pasado 27 de junio, esto mientras viajaban hacinados dentro de un tráiler sin aire acondicionado y donde terminaron asfixiados. Esa trampa mortal prometía llevarlos a un mejor destino donde tendrían la oportunidad de tener una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, sin embargo, ahí perdieron la vida.
Ahora ya están en paz al reunirse con sus familiares y amigos y descansar en su última morada, sin embargo, el dolor sigue siendo el mismo, el sentimiento de impotencia de no tener oportunidades y obligarse a buscar el sueño americano, aun desde muy jóvenes.
Tal es el caso los hermanos Jair y Yovani Valencia Olivares de 19 y 16 años de edad y su primo Misael Olivares de 16, quienes partieron desde la comunidad de San Marcos Atexquilapan en el estado de Veracruz.
Sus familiares y amigos recibieron los cuerpos durante la madrugada del 13 de julio, luego de que durante varios días prepararon el funeral con ayuda de toda la comunidad.
Los jóvenes partieron de su localidad porque el oficio de la elaboración y comercialización de zapados no era suficiente para sacar adelante a su familia, y ante la falta de oportunidades para trabajar en otro lado, tomaron la decisión de ir en busca del sueño americanos.
Pero ese sueño se vio interrumpido por traficantes de personas que poco les importo la vida de los migrantes, dejándolos sin aire y que murieran poco a poco dentro de un tráiler; solo quedando el consuelo de que sus cuerpos ya reposan en el panteón de su comunidad, donde descansan en paz y donde sus familias tendrán un lugar donde llorarles.