Elizabeth Soriano
**Autoridades les niegan permisos para transitar por el país y no reciben asesorías jurídicas**
El fenómeno de la migración, o también llamado “Movilidad Humana”, sigue afectando a diversos países del mundo, que, ante la falta de oportunidades y las problemáticas de violencia e inseguridad, son cada día más las personas que deciden buscar ese tan anhelado “sueño americano”.
Enlace Noticias platicó con un grupo de emigrantes venezolanos que transitaban por carreteras del estado de Oaxaca, quienes aseguraron que el llegar a la frontera norte, estaba siendo una travesía realmente difícil, principalmente por el nulo apoyo de la ciudadanía en general y de las mismas autoridades.
En sus declaraciones a este medio de comunicación, manifestaron que ya llevaban más de un día caminando, y expusieron que a pesar de que habían comprado un boleto de autobús, cuando estaban a una hora de su destino, de la nada los bajaron y ya no los dejaron subir al camión, dejándolos a la deriva.
Por ello, aunque pedían que algún autobús, combi o camiones los subieran, y pese a que demostraron que pagaron su pasaje, nadie quiso recogerlos, por lo que presumen que, de alguna manera, los choferes tienen prohibido llevarlos.
“Nosotros tenemos el dinero necesario para pagar, pero aun así nadie se paró; no sabemos si lo tienen prohibido o piensan que somos delincuentes, pero realmente no es así, solo queremos llegar a la frontera para cruzar a Estados Unidos”, expresaron.
Asimismo, dieron a conocer que el trato con las autoridades tampoco ha sido el mejor, pues les niegan los permisos para transitar en el país y no reciben asesorías jurídicas sobre sus situaciones, y esto complica su estancia y su paso por el país.
Caminos llenos de riesgos y peligro
Aunado a ello, los “caminantes” como también se les conoce, circulan sobre terrenos peligrosos y severas condiciones climáticas, corriendo el riesgo de encontrarse con diversas amenazas como bandas criminales o traficantes de personas.
Los riesgos que enfrentan son aún más altos para las mujeres y las familias que llevan niños dentro de los grupos, porque pueden ser víctimas de trata de blancas, explotación o hasta el tráfico de menores, situaciones que ellos conocen pero que, ante las adversidades en sus países, prefieren sortear los peligros.
De acuerdo con los testimonios, los migrantes caminan y piden que los lleven durante meses a lo largo de los caminos de montaña que conectan ciudades como Bogotá, Quito y Lima con Santiago de Chile y Buenos Aires.Inclusive atraviesan montañas cubiertas por una bruma helada y con temperaturas extremadamente bajas.
Acusan que “albergues”de migrantes operan como“prisiones”
Luego del terrible incendio ocurrido en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez Chihuahua, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), denunció que las estaciones migratorias del gobierno “no son albergues”, sino “prisiones” en las que se criminaliza la migración irregular.
En su comunicado, los obispos mexicanos reprobaron que las políticas migratorias en México solo buscan contener aspectos relacionados con la seguridad nacional, pero se olvidan de la protección de los derechos humanos de los migrantes. «No son albergues, son Estaciones Migratorias que en realidad operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular”, aseveraron.
Sumado a las declaraciones de los líderes religiosos, las autoridades municipales del norte del país exponen que, debido a la sobresaturación y falta de presupuesto, los refugios tampoco reúnen las condiciones adecuadas de protección, para evitar tragedias como la ocurrida en Juárez.
Carlos Peña Ortiz, presidente municipal de Reynosa, señaló que la capacidad de los albergues en aquella ciudad fronteriza se encuentra rebasada, debido a la gran cantidad de migrantes y familias que llegan a los refugios en busca de ayuda.
Agregó que, por esta sobrepoblación, es difícil que se reúna las condiciones que Protección Civil pide, por lo que pese a que se requieren mejores condiciones, no es posible cubrirlas, debido a la falta de recursos, pues aunque sí se tiene algo destinado para la mejora de esto, tampoco es suficiente, ya que cada día llegan más migrantes y los gastos aumentan.