Redacción/ Izúcar de Matamoros, Pue.
La presidenta municipal de Izúcar de Matamoros, Irene Olea Torres, fue criticada recientemente por los 2 mil 500 habitantes de la junta auxiliar de La Galarza, tras la entrega de un pozo para el suministro de agua potable a la comunidad. Los vecinos denunciaron que la obra era infundada y habían sido engañados.
Cabe destacar que la bomba ya existía y solo fue pintada para hacerla parecer como nueva, con un galón de pintura de color azul rey que tiene un costo en el mercado de mil 200 pesos.
Resulta que las autoridades municipales solo habían pintado y bardeado el pozo que ya existía, con un costo de infraestructura que registraron en un millón 337 mil 464.41 pesos.
También evidenciaron la incongruencia de haber instalado un transformador de energía eléctrica de 45 kVA, cuando el equipo necesario para abastecer la fuente era de 50 caballos de fuerza (HP).
Esto es una demostración de la preocupación que muestra el Gobierno local por inflar sus presupuestos para obras públicas, pues según los señalamientos de los afectados, Daniel Becerra, consejero de obra pública, es quien repartiría los porcentajes entre las constructoras que trabajan para el Ayuntamiento.
La construcción de la fuente de agua para La Galarza, según el informe oficial, solo le tomó dos meses con la presunta instalación de bombas nuevas, cableado, tuberías, paneles eléctricos, barda perimetral y otros sistemas de seguridad, como portón y alambre de púas, sin embargo, esta versión es rechazada por los habitantes.
Pero, frente a estos trabajos, los pobladores afirman que no hay ningún beneficio para la comunidad en términos del suministro de agua, porque solo se repintó y bardeó el pozo existente.
Por esta situación, la presidencia auxiliar ha presentado una solicitud por escrito para la sustitución del transformador inservible y la divulgación de los datos que confirman estas denuncias. La comunidad se ha visto en la obligación de adquirir pipas de agua para ingresar al suministro.
Finalmente, cabe mencionar que los habitantes de San Pedro Calantla y San Juan Colón, deben soportar que las obras iniciadas en esos lugares permanezcan abandonadas, pues las constructoras parece que no pueden avanzar; lo mismo ocurre en la calle Revolución del barrio de Santa Cruz Tecoxco, así como en el río Nexapa, que sigue sin limpieza a pesar de haber iniciado la temporada de lluvias.