Juan Rubio
Puebla, Pue.
Puebla, uno de los estados más dependientes de las remesas en México, enfrenta un panorama preocupante para 2025. Tras alcanzar un récord histórico en 2024 con 3 mil 366 millones de dólares en envíos desde el extranjero, expertos advierten que esta cifra podría reducirse hasta en un 10%, debido al aumento de deportaciones de migrantes poblanos desde Estados Unidos, impulsadas por la política migratoria del presidente Donald Trump.
Esta caída no solo afectaría a miles de familias que dependen de estos recursos, sino que también tendría un impacto significativo en la economía local, especialmente en sectores como el comercio, la construcción y la pequeña industria.
En 2024, Puebla registró la cifra más alta de remesas en los últimos 21 años, consolidándose como el octavo estado con mayor captación a nivel nacional, al aportar el 5.1% del total de envíos en México. Sin embargo, este logro podría verse opacado en 2025, cuando se prevé una disminución del 10.9%, lo que reduciría las captaciones de 3 mil 366 millones a 3 mil millones de dólares.
Anselmo Salvador Chávez Capó, catedrático de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), explicó que esta caída se debe a la política migratoria de Trump, que podría resultar en la expulsión masiva de migrantes y la pérdida de empleos. “Habrá menos poblanos en Estados Unidos, lo que afectará directamente las remesas”, señaló. Aunque aclaró que no se espera una reducción mayor, ya que la economía estadounidense aún depende en gran medida de la mano de obra mexicana.
Las consecuencias de esta disminución serían profundas, especialmente en municipios como Puebla, Tehuacán y Atlixco, que en 2024 recibieron 628, 289 y 238 millones de dólares, respectivamente. Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), destacó que las comunidades rurales y suburbanas, donde muchas familias dependen casi por completo de las remesas, serían las más afectadas. “Esto impactará su capacidad para cubrir necesidades básicas, como alimentación, salud y educación”, afirmó.
Además, el impacto económico no se limitaría a las familias receptoras. Sectores clave como el comercio minorista, la construcción y la pequeña industria, podrían experimentar una caída en la demanda, ya que gran parte de su actividad depende del dinero enviado desde el extranjero. “Las remesas no solo benefician a quienes las reciben, sino que dinamizan toda la economía local”, explicó Vázquez Muñoz.
Ante este escenario, expertos como Raymundo Tenorio Aguilar, profesor emérito del Tecnológico de Monterrey, sugieren que las autoridades deben implementar estrategias para mitigar los efectos de la reducción de remesas. “Es necesario diversificar la economía local, impulsando sectores como la manufactura, el turismo y las energías renovables”, punteó. También destacó la importancia de programas de reintegración para migrantes deportados, y el fortalecimiento de la capacitación y el emprendimiento en las comunidades locales.
Mientras Puebla celebra el récord histórico de remesas en 2024, el futuro se presenta incierto. La posible caída del 10% en 2025 no solo representa un desafío económico, sino también social, para miles de familias que dependen de estos recursos.
Ante este panorama, la diversificación económica y la creación de nuevas oportunidades, se convierten en una urgencia para evitar un descalabro mayor. El tiempo dirá si las autoridades y la sociedad poblana están preparadas para enfrentar este reto, y construir un futuro menos dependiente de las remesas provenientes de los migrantes poblanos en la Unión Americana.