Abraham Onofre / Puebla, Pue.
La tarde del lunes 18 de marzo que debía haber sido como cualquier otra se convirtió en tragedia en la autopista México-Puebla, cuando un autobús de pasajeros volcó en el kilómetro 43 de esta importante vía de comunicación. Los informes iniciales de las autoridades de Protección Civil del Estado de México reportaron dos víctimas mortales y 15 personas heridas, pero la magnitud del suceso no se detenía ahí.
El vehículo de transporte público quedó devastadoramente incrustado y levantado sobre el carril de acotamiento, interrumpiendo por completo el tráfico entre la Ciudad de México y el estado de Puebla. Ante esta situación de emergencia, los servicios de rescate del Estado de México se movilizaron rápidamente hacia el lugar del accidente, incluyendo helicópteros Relámpago para el traslado urgente de los heridos.
La gravedad del incidente obligó al cierre total de la autopista, generando un caos vehicular y una interrupción en la cotidianidad de cientos de personas que transitaban por esta importante vía de comunicación. La dependencia de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) comunicó a través de redes sociales el cierre del kilómetro 43 con dirección a la Ciudad de México, mientras se realizaban las labores de rescate y remoción del autobús siniestrado.
Horas después, el panorama se tornó aún más sombrío con el trágico aumento en el número de víctimas. El gobernador del Estado de Puebla, Sergio Salomón, confirmó la dolorosa noticia de cuatro fallecimientos y 26 personas heridas como consecuencia del accidente. Algunos de los heridos fueron trasladados de urgencia al Hospital de Alta Especialidad de Ixtapaluca, en el Estado de México, mientras que el gobernador expresó sus más sinceras condolencias a los familiares de las víctimas, en medio de este momento de profundo dolor y angustia.
A pesar del devastador saldo, la movilidad no se detuvo. La Capufe en su momento anunció el restablecimiento parcial de la circulación, aunque con la reducción de carriles, mientras el personal continuaba trabajando arduamente en la atención del accidente. Sin embargo, el tráfico no se desvaneció completamente, con una fila de aproximadamente 11 kilómetros que aún se mantenía en la zona del accidente, instando a los conductores que estaban presentes a manejar con extrema precaución.
Por último, las investigaciones sobre las causas de este terrible accidente están en curso por parte de agentes especialistas.