Puebla, se ha convertido en escenario de una preocupante ola de agresiones y homicidios contra periodistas. Según el Instituto de Derechos Humanos «Ignacio Ellacuría, SJ» de la Ibero Puebla, esta ciudad ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en el número de agresiones reportadas, con un total de 37 denuncias presentadas desde enero de 2019 hasta junio de 2023. La impunidad de estos crímenes ha llevado a que se registren cuatro homicidios en los últimos 11 años.
Estos datos, revelados con motivo del Día Internacional para poner fin a la Impunidad en los Crímenes contra Periodistas, son alarmantes y ponen en evidencia los desafíos que enfrenta el gremio periodístico en Puebla. Los delitos reportados incluyen amenazas, lesiones dolosas y abusos de autoridad en contra de aquellos que ejercen esta profesión vital para la sociedad.
Las denuncias se han concentrado principalmente en la capital del estado, donde se han presentado 13 casos, seguida de San Andrés Cholula con 3 casos, Tehuacán e Izúcar de Matamoros con 2 casos cada uno. Otros municipios no especificados también han sido escenario de violencia contra periodistas, sumando un total de 5 denuncias.
El asesinato más reciente ocurrió el pasado 23 de mayo en Tehuacán, donde Marco Aurelio Ramírez Hernández fue brutalmente asesinado en la colonia Agua Blanca. Pero él no es el único periodista que ha perdido la vida por ejercer su labor en Puebla. En 2012, Adrián Silva Montero fue víctima de la violencia, seguido por Alonso de la Colina Sordo en 2013 y Aurelio Cabrera Campos en 2016. Estos casos son un duro recordatorio de los peligros que enfrentan los profesionales de la comunicación en esta región.
La cifra es contundente: desde el año 2000 hasta la fecha, se han registrado un total de 162 asesinatos de periodistas en México. Las víctimas se dividen en 12 mujeres y 150 hombres, siendo 42 de estos asesinatos cometidos durante el actual mandato del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador. Estos datos son un llamado de atención sobre la urgente necesidad de brindar mayor protección y justicia a los periodistas mexicanos.
La impunidad que rodea estos crímenes es uno de los principales obstáculos para garantizar la seguridad de quienes informan a la sociedad. Es fundamental que las autoridades investiguen y lleven a los responsables ante la justicia, para romper el ciclo de violencia y proteger la libertad de expresión. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Los periodistas siguen enfrentándose a amenazas constantes y a un clima de hostilidad que limita su capacidad de informar de manera independiente.
La sociedad también tiene un papel crucial en esta lucha contra la impunidad. Es necesario que la ciudadanía exija a las autoridades una mayor protección y apoyo a los periodistas. La libertad de prensa es un pilar fundamental de la democracia y no podemos permitir que se vea amenazada por el miedo y la violencia.