A Manuel Vilchis Viveros, presidente municipal de Zinacatepec, le pareció buena idea mandar a inmortalizar a su paisano, el ahora gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, en una estatua de bronce, sin embargo, el mandatario no estuvo de acuerdo.
Miguel Barbosa señaló que “se ha caracterizado por llevar un gobierno austero, sin lujos, ni ostentaciones a diferencia de anteriores administraciones estatales, que derrochaban en frivolidades el dinero de las y los poblanos. Atrás quedó el culto a la vanidad de los mandatarios”.
En diversas ocasiones, Barbosa ha criticado este tipo de prácticas y considera que su gobierno llegó a terminar con este tipo de “fantocherías”.
La crítica constante de Barbosa se había dado debido a que así ocurría en pasadas administraciones cuando los gobernadores en turno bautizaban los inmuebles públicos con sus nombres o hasta en obras emblemáticas mandaban a poner los iniciales, como ocurrió con el exgobernador Rafael Moreno Valle y los puentes atirantados.
Incluso el exgobernador Mario Marín (2005-2011) mandó a pintar su rostro en un mural histórico en el salón de protocolos del Ayuntamiento de Puebla, pero en junio de 2013 fue borrado por el pintor poblano Fernando Rodríguez Lago.