Redacción / Izúcar de Matamoros, Pue.
Un ladrón asaltó una gasolinera en este municipio y, sorprendentemente, regresó poco después para reclamar su motocicleta, que había dejado abandonada durante su huida.
El asalto tuvo lugar en una gasolinera ubicada sobre el Eje Poniente, adyacente a AutoZone. De acuerdo con testimonios de los presentes, el delincuente llegó al establecimiento pidiendo 30 pesos de gasolina, una táctica que ha utilizado en múltiples robos recientes. Mientras el empleado le despachaba el combustible, el asaltante amenazó al trabajador exigiendo el dinero de las ventas.
La situación dio un giro inesperado cuando otro empleado intervino, golpeando al ladrón mientras el primer trabajador le arrojaba gasolina. Este acto de valentía obligó al delincuente a huir del lugar a pie, dejando su motocicleta atrás.
A pesar de que logró sustraer alrededor de 300 pesos, el hecho fue rápidamente reportado a la policía municipal. Sin embargo, la historia tomó un rumbo curioso cuando poco tiempo después, una mujer se presentó en la gasolinera alegando que la motocicleta abandonada era suya y había sido robada. Fuentes no oficiales indican que la mujer llegó acompañada del mismo asaltante, y tras argumentar que la moto había sido sustraída, pagaron el arrastre y recuperaron el vehículo.
Las autoridades han identificado al ladrón como un individuo vinculado a otros robos en la región, y se presume que ya existe una denuncia formal en su contra. Este incidente ha generado inquietud entre los ciudadanos de Izúcar de Matamoros, quienes exigen mayor vigilancia y seguridad en sus comunidades.
El asalto tuvo lugar en una gasolinera ubicada sobre el Eje Poniente, adyacente a AutoZone. De acuerdo con testimonios de los presentes, el delincuente llegó al establecimiento pidiendo 30 pesos de gasolina, una táctica que ha utilizado en múltiples robos recientes. Mientras el empleado le despachaba el combustible, el asaltante amenazó al trabajador exigiendo el dinero de las ventas.
La situación dio un giro inesperado cuando otro empleado intervino, golpeando al ladrón mientras el primer trabajador le arrojaba gasolina. Este acto de valentía obligó al delincuente a huir del lugar a pie, dejando su motocicleta atrás.
A pesar de que logró sustraer alrededor de 300 pesos, el hecho fue rápidamente reportado a la policía municipal. Sin embargo, la historia tomó un rumbo curioso cuando poco tiempo después, una mujer se presentó en la gasolinera alegando que la motocicleta abandonada era suya y había sido robada. Fuentes no oficiales indican que la mujer llegó acompañada del mismo asaltante, y tras argumentar que la moto había sido sustraída, pagaron el arrastre y recuperaron el vehículo.
Las autoridades han identificado al ladrón como un individuo vinculado a otros robos en la región, y se presume que ya existe una denuncia formal en su contra. Este incidente ha generado inquietud entre los ciudadanos de Izúcar de Matamoros, quienes exigen mayor vigilancia y seguridad en sus comunidades.