En medio de la pandemia el cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otros grupos de narcotráfico mexicanos nunca vieron afectada su influencia criminal y política.
De hecho, se adaptaron a las condiciones adversas para continuar con su negocio mundial de tráfico de estupefacientes a pesar de las condiciones sanitarias, sociales y económicas provocadas por el covid-19, sostiene un reporte elaborado por el Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos.
Esto va en sintonía con las advertencias que realizó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en octubre pasado cuando publicó la Evaluación de Amenazas Nacionales 2020 dónde consideró a los cárteles mexicanos una amenaza clave para los Estados Unidos debido a su capacidad para controlar el territorio y las rutas de tráfico a lo largo de la frontera y para cooptar a funcionarios en varios niveles de gobierno.
De acuerdo con el documento titulado “Cárteles y narcotráfico mexicano: Operaciones en medio de la covid-19” los narcotraficantes se «adaptaron al entorno operativo de la covid-19” y decidieron almacenar recursos para poder sobrellevar los bloqueos y restricciones sanitarias.
Esto incluye, de acuerdo con la revelación del Capitolio, dinero en efectivo además de precursores químicos y droga, pues los cárteles son cautelosos de cómo la pandemia afectará las operaciones de las fuerzas del orden en su contra a ambos lados de la frontera.
Alerta también que la pandemia ha motivado a los cárteles a diversificar y expandir su uso de submarinos, drones, avionetas ultraligeras, túneles y criptomonedas.