Redacción / Información estatal.
En la mañana del jueves 8 de agosto de 2024, la situación en la autopista México-Puebla se tornó crítica. Tras más de 44 horas de bloqueo por parte de ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, se acordó abrir un carril en cada sentido de la carretera y en el Arco Norte, pero solo por periodos de dos horas. Este acuerdo surge en medio de un conflicto que tiene sus raíces en la expropiación de tierras que ocurrió hace casi 18 años, y que ha llevado a cientos de automovilistas a quedar varados en la carretera.
Los ejidatarios han mantenido el bloqueo como una forma de protesta por el pago pendiente de sus tierras expropiadas en 1958 para la construcción de la autopista. A pesar de que en 2018 recibieron 176.2 millones de pesos, el gobierno federal, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha insistido en que cualquier pago adicional debe basarse en un avalúo oficial, lo que ha generado frustración entre los ejidatarios.
El bloqueo ha tenido repercusiones significativas, con pérdidas estimadas en 4 mil millones de pesos debido a la interrupción de la cadena de suministro y la movilidad de los ciudadanos. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha advertido que estas acciones no solo afectan la economía local, sino que también alejan inversiones y comprometen la estabilidad económica del país.
Desde el inicio del bloqueo, se han reportado kilómetros de vehículos varados, incluyendo tráileres con mercancías perecederas que están en riesgo de descomponerse. Los transportistas, desesperados, han expresado su angustia por la falta de acceso a alimentos y atención médica, especialmente para los pasajeros más vulnerables, como niños y ancianos. Un conductor afectado comentó: «Estamos aquí desde hace más de un día, sin poder avanzar. La mercancía que transporto ya se está echando a perder».
La situación ha escalado a momentos de alta tensión, con enfrentamientos verbales entre los transportistas y los ejidatarios. El presidente López Obrador ha señalado que un abogado oportunista está manipulando a los pobladores, lo que ha añadido más leña al fuego en un conflicto que ya es delicado.
El bloqueo en la autopista México-Puebla es un claro reflejo de las tensiones sociales y económicas que enfrenta el país. Mientras los ejidatarios buscan justicia por la expropiación de sus tierras, los efectos colaterales de su protesta están afectando a miles de ciudadanos y a la economía nacional. La necesidad de un diálogo efectivo y soluciones justas es más urgente que nunca para evitar que esta situación se agrave aún más.