Voz joven / Natali López
Hoy sabemos que el Ingenio de Atencingo es el segundo más productivo en campo y el tercero más importante del país, del cual más de 75 mil personas dependen económicamente de forma directa y cerca de 150 mil indirectamente; aun con ello, es uno de los más olvidados.
Preguntará usted: ¿por qué olvidado?, si da empleos y mueve la economía de una región. Bueno, porque las condiciones de infraestructura vial están en el olvido, la carretera de Izúcar de Matamoros hasta Chiautla de Tapia, pasando por Chietla, presenta muy malas condiciones, y en cada zafra se registran múltiples accidentes, sin mencionar la congestión vehicular.
¿Qué pensaría usted, querido lector, si supiera que el Ingenio de Atencingo va a desaparecer? ¿Qué sería de la región? ¿Cuál sería la fuente de trabajo principal de esta zona? Son cuestiones para analizar, ya que también sabemos que la región sobrevive gracias a las remesas que envían los migrantes, siendo ésta la primera fuente económica de la demarcación, siguiéndole el tema de la caña.
Si se pensara en una región sin el ingenio azucarero, se tendría un panorama mucho más complejo para sobrevivir, empezando por el asunto de la seguridad; desgraciadamente, se tendría un incremento en el número de homicidios, robos y narcomenudeo, más del que se conoce hoy en día, ya que no habría fuentes de empleos como los que actualmente tiene el Ingenio.
Por otro lado, también sufrirían las personas que indirectamente son beneficiadas por el trabajo que se produce en la fábrica de azúcar, desde los que laboran en las talacherías, las tortillerías, las tiendas de abarrotes, ferreterías, el transporte público. ¿Qué pasaría con ellos?
Es por todo esto que se tiene que valorar a la industria azucarera que se encuentra en la parte sur del estado; las autoridades tienen que poner más atención, el apoyo del gobierno federal y estatal es necesario para el desarrollo de la zona, la cual, a pesar de las remesas, de la caña y el comercio informal, sigue en el olvido.
Sumado a ello, de los diversos políticos que han representado a la región, no hay alguno que haya tenido la visión de construir una carretera de cuatro carriles, o como mínimo una carretera digna, preocupándose por el tráfico vehicular y el tránsito de los camiones cañeros, petición que ha estado presente en los productores de caña -sin mencionar el asunto de la seguridad-.
Otro de los temas es la falta de proyectos de desarrollo en esta demarcación, pues no se ven tampoco intenciones de que se realicen, por lo que la pregunta es: ¿Hasta cuándo habrá un mayor progreso en la zona?