Por muchos años la fiesta taurina ha sido un espectáculo para los seres humanos, la fiesta ha venido a menos pero aún se realiza en pocos países como España, Portugal y México.
Dicen que la fiesta taurina es un arte y los toreros unos maestros en eso de lidiar con toros especiales, producidos y cuidados para eso.
En la llamada fiesta brava han surgido famosos toreros que han hecho historia, (Silverio Pérez, Manuel Capetillo, Manolete, Joselito Huerta, etc.) les han hecho monumentos en su honor, dicen que han sido buenos matadores.
Efectivamente torear es un arte, vérselas con un animal de 450 kilos o más, y unas pavorosas y espectaculares astas, no es nada fácil, se necesita mucho arte, mucho valor, mucha habilidad y agilidad para no ser tocados por el animal.
En la historia de la fiesta brava se han dado muchos casos en que los toros han logrado sorprender a los toreros, los han matado y herido de gravedad. El animal no es malo, no agrede por placer, sólo se defiende al ver que es agredido.
La fiesta taurina es un arte, sí, y muy atractivo ver como el torero da temerarios pases a sólo un metro o menos del animal, existen los términos precisos que desconocemos, pero lo cierto es que los buenos toreros dan una muestra de arte al hacer una serie de movimientos para burlar al toro y generar el aplauso de los espectadores, es común que se hinquen ante el astado y ahí lo esperen con el capote, son actos temerarios pero que aumentan el interés en los espectadores.
Hasta aquí todo bien, el astado y el torero están dando un buen espectáculo, el hombre y la bestia están haciendo su número, uno con mucha inteligencia, el otro sólo con mucha fuerza y agilidad.
Si esto fuera la fiesta taurina, no habría problema alguno, después de una hora el toro cansado regresaría a los corrales, podría servir para otras presentaciones mientras estuviera en condiciones.
El problema de la fiesta brava es que ningún animal que entra a la plaza sale con vida, todos salen muertos, apuñalados y con una estocada final en el corazón. Este es el problema.
No es posible que en pleno siglo XXI, en la era de los grandes desarrollos tecnológicos, con tantas universidades e instituciones de investigación, en la era de los viajes espaciales, de las comunicaciones, de los avances en la medicina, de la ciencia, se haga eso con los animales, se les utilice para divertirse, se les mate en la forma más cruel y la gente aplauda, que se les use para hacer negocios millonarios.
En la corrida un toro recibe varias banderillas, son clavadas en su cuerpo, el animal corre con ellas, se desangra, sufre. Como así es la fiesta, un torero se gana la oreja y rabo, y se lo cortan, al final el torero para terminar su faena le da una estocada en el corazón, el animal cae muerto, la gente aplaude, no puede ser.
Debe prohibirse ya la llamada fiesta brava, no estamos en tiempos de los romanos con sus tenebrosos espectáculos en el Coliseo de Roma, se supone que los humanos son otros, han cambiado, son mejores, el desarrollo se supone, es para ser mejores, más humanos, no para ser más salvajes.
Si ya se prohibieron los animales en los circos, debe prohibirse la fiesta taurina, o por lo menos que se modifique, que no haya sangre ni agresiones al animal, mucho menos la muerte, ellos como todos los seres vivos del planeta tienen derecho a la vida.
Afortunadamente la fiesta brava ya sólo se práctica en España, Portugal y México, algo en Colombia, pero debe desaparecer del todo o modificarse.
Lo mismo debe hacerse con las peleas de gallos, es una masacre la que se comete, la gente no debe divertirse con la muerte de las aves.
Los animales se pelean entre ellos por naturaleza, pero que los hagan pelear y con navaja es una crueldad, no debe ser.
Si en los circos ya sustituyeron a los animales con otras actividades, que lo mismo hagan en los palenques con los gallos, que inventen otras cosas.
Que al suspender las corridas de toros quebrarán empresas, ganaderías, se perderán empleos, pues sí, pero no se vale hacer dinero y grandes negocios con el sufrimiento de los animales.
El gobierno federal, los gobiernos de los estados, los congresos locales, deben poner fin a esa actividad, deben crearse leyes al respecto, no más corridas de toros como se hacen hasta hoy, no más peleas de gallos en los palenques y en lugares clandestinos.
Y digamos sí al respeto de la vida de todas las especies de animales, ellos forman parte del equilibrio biológico del planeta.