Gabriel Sánchez Andraca
A mucha gente le parece bien lo dicho por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que no va a perder el tiempo en andar persiguiendo para meter a la cárcel a los corruptos de gobiernos pasados.
Sería un grave error si lo hiciera, por muchas razonas, pero la principal, es que por andar en esos menesteres, descuidaría lo que tiene que cuidar y resolver, que es la seguridad de los mexicanos, lograr reducir al mínimo la violencia, impulsar al campo y a la economía toda, para crear fuentes de empleo. ¿Qué ha ganado el gobernador de Veracruz, señor Yunes, persiguiendo a su antecesor y a su esposa? ¿Meterlo a la cárcel? Sí, pero eso ha tenido como consecuencia que su estado no solo no haya avanzado nada durante su gobierno, sino que haya retrocedido. Es ahora uno de los estados más inseguros del país. La delincuencia brota por todos lados y hay una ineficiencia policíaca y de procuración e impartición de justicia, que resulta aterradora.
Y por allá va el gobernador de Chihuahua, que quiere traer para meter a la cárcel a su antecesor por corrupto y ya se le descompuso todo en su estado, donde Ciudad Juárez volvió a resurgir como la ciudad más violenta del país, como lo fue durante el gobierno de su correligionario Felipe Calderón.
Perseguir y encarcelar a los ex presidentes Salinas, Zedillo, Fox y Calderón y al actual Peña Nieto, sería una provocación a la Divina Providencia. Son personajes económica y políticamente poderosos y se provocaría una fuerte división en el país que nadie podría controlar.
Hay que tomarle la palabra al ya casi nuevo presidente de México, cuando afirma que combatirá la corrupción y la impunidad, desde el primero de diciembre. Ese es su compromiso claro y contundente del que los ciudadanos debemos exigir su cumplimiento.
Lo demás es pura demagogia de la ultra-izquierda, que tan afecta es a los linchamientos y venganzas políticas por reales o supuestos agravios al pueblo pobre de México. Lo estamos viendo en el Congreso local, con personajes pequeños, políticos aldeanos, que ya están hechos bolas y apenas tienen unas semanas de haber arribado al poder legislativo.
Si siguen como van, cuando acabe su periodo como representantes populares, ya habrán acabado con el estado y con ellos mismos, como políticos.
Las lluvias atípicas de los últimos días, los frentes fríos que han provocado torrenciales caídas de agua nieve, heladas y derrumbes, etcétera, han afectado a cultivos de aguacate y café en la sierra norte de Puebla.
Cientos de hectáreas en los municipios de Chignahuapan, Zacatlán y Amixtlán, se han visto afectadas.
La Sagarpa, informa que tales afectaciones están cubiertas por un Seguro Catastrófico al cien por ciento. Este seguro, único en el país, es cubierto en un 80 por ciento por la propia Secretaría de Agricultura y por el gobierno estatal.
Ampara tanto a personas físicas, es decir, agricultores independientes, como a quienes son miembros de diversas organizaciones campesinas.
Para obtener ese apoyo, los afectados pueden recurrir a las autoridades ejidales o a las autoridades municipales, según sea el caso.
El daño ha sido grave, tanto en las huertas de aguacate como en los cafetales; cientos de hectáreas, se han visto arruinadas por los fenómenos meteorológicos de las últimas semanas.
Y hablando de daños a la agricultura y a la ganadería, ¿qué cree que pasó? Que la empresa Granjas Carroll, establecida en Puebla desde hace varios años y una de las empresas agropecuarias más exitosas, tanto comercial como socialmente, pues realiza una muy buena labor social entre los campesinos de los pueblos donde está establecida. Quería crear en Puebla, donde ya tiene fuertes inversiones, una fábrica de alimentos balanceados con una inversión de 169 millones de pesos.
Finalmente se decidió por construirla en Perote, Veracruz, muy cerca de la frontera poblana, porque la Secretaría General de Gobierno de Puebla, a cargo de Diódoro Carrasco, no mostró ningún interés en allanar algunos problemas que los inversionistas pusieron a su consideración. El gobierno de Veracruz, por el contrario, apoyó en todo a los empresarios y la planta que dará trabajo a decenas de empleados en forma directa y beneficiará a cientos de productores de granos de la región, operará en Veracruz.
Además de los beneficios directos que la productora de carne de cerdo y sus derivados llevará al vecino estado, también desarrollará la política social que la empresa lleva a cabo, como el impulso a la producción de verduras y hortalizas, la cría de gallinas ponedoras y pollos de engorda, la atención médica para campesinos y sus familias y otros.
Actualmente cientos de agricultores de la zona oriental de Puebla, donde hay establecidas varias granjas de la empresa Carroll, venden su producción de maíz y cebada a la mencionada corporación, que requerirá más granos que ahora le proporcionarán los campesinos veracruzanos, para abastecer a su planta fabricante de alimentos balanceados de Perote.