Con serias divisiones en su interior los dos partidos políticos que durante mucho tiempo fueron acérrimos enemigos ideológicos (liberal uno, conservador otro) ahora parecen aliados en el objetivo de desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador, ex priista fundador del izquierdista partido Morena.
El ex priista también César Yunes, ex aliado de la maestra Elba Esther Gordillo y ahora gobernador “panista” de Veracruz, ha acusado a López Obrador de haber recibido apoyo económico para su partido, del ex gobernador expulsado del PRI, César Duarte.
Las autoridades correspondientes, han reaccionado con rapidez increíble, para iniciar las investigaciones de esa acusación, de la que todavía no se presentan pruebas y los dirigentes de los partidos ex rivales ideológicos, Enrique Ochoa Reza, del PRI y Ricardo Anaya, del PAN, se han apresurado a exigir una investigación exhaustiva.
Es un hecho que Morena es el partido que ha logrado crecer más que los demás. La mayoría de los partidos políticos han decrecido por el desprestigio que se han ganado a pulso en las tres últimas décadas.
El PAN supone que puede regresar a Los Pinos, pero la gente no olvida a los dos decepcionantes gobiernos panistas que ya estuvieron ahí durante doce años, tiempo en el que se agudizaron todos los problemas del país, entre ellos el del crecimiento económico y el de la inseguridad y violencia.
La prueba decisiva para saber de qué lado masca la iguana, serán las elecciones del estado de México. El PRI espera ganar, pero el PAN y Morena también y sus candidatos al gobierno de ese estado, parecen estar en empate técnico.
Morena no ha dado muestras de ser capaz de resolver la grave problemática del país. No ha presentado un proyecto, un plan bien estudiado para resolver los problemas e impulsar el progreso. Su discurso es de crítica, como la que hace el PAN del PRI, pero nada más y de eso se agarran los dos partidos más importantes que se le oponen.
El PRD, no es el mejor ejemplo de que la izquierda en el poder, vaya a ser diferente a panistas y priistas. Finalmente la mayor parte de los aspirantes de los tres partidos, tienen una matriz priista.
Estuvo en Puebla Ivonne Ortega, primera mujer priista que lucha por ser la candidata de su partido a la presidencia de la República.
Es militante distinguida del Revolucionario Institucional, fue presidenta municipal de Mérida, capital de Yucatán y gobernadora de ese estado, habiendo realizado un buen trabajo.
Dentro de su partido, ha sido secretaria general del comité nacional, además de haber sido diputada federal y senadora de la República.
En conferencia de prensa, dijo que su propósito es cambiar la realidad de este país, donde se enfrenta un grave problema de desigualdad social.
Para explicar esa terrible desigualdad, afirmó que muchos funcionarios de primer nivel, de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, ganan en un mes, lo que le costaría a una persona del común, una casa de interés social. De ese tamaño es la desigualdad.
“No solo será difícil para el PRI ganar la próxima elección presidencial; las dificultades serán para todos los partidos, pues es un hecho que la gente no cree ni en los partidos, ni en los políticos que los conforman”.
Dijo algo de lo que hemos comentado con frecuencia en este espacio: la clase política se ha alejado de la sociedad, los políticos se han vuelto insensibles ante los problemas sociales que existen en nuestro país. Los sucesivos gobiernos municipales, estatales y de la república, pertenecientes a los diversos partidos existentes, han decepcionado a todos.
Han perdido la sensibilidad social y política que debe existir en ellos, para resolver la problemática nacional, que cada vez se agrava más. Si continuamos así, la gente se va a alejar de las urnas y eso es lo peor que le puede pasar a un político. Tal parece que a los políticos solo les interesa el poder y el dinero, por eso se han alejado de la sociedad, de los ciudadanos, no los atienden, no resuelven sus problemas, no les interesan sus quejas.
“Por eso me he propuesto cambiar la realidad de la política mexicana. Conozco los problemas porque en viajado por la mayor parte de los estados; a la gente le interesan poco los partidos y los políticos, lo que les interesa es tener un trabajo remunerado que les permita el sostenimiento digno de sus familias”.
Invitó a todos los ciudadanos a trabajar por cambiar las cosas en México. Dijo que es muy pronto para saber quién será el candidato o la candidata del PRI, su propósito es divulgar su pensamiento, esperar la convocatoria del PRI para la elección de candidato y participar en eso de acuerdo a lo que en dicha convocatoria se establezca. “Las encuestas no son muy confiables afirmó. Ya ven lo que pasó en los Estados Unidos en sus últimas elecciones. Las encuestas daban por triunfadora a Hillary Clinton y unas horas después, ganó Donald Trump”.
El pasado fin de semana, falleció la licenciada María Luisa Sánchez Pontón Rodríguez, hija del conocido periodista don Manuel Sánchez Pontón.
Fue juez del Registro Civil, en esta capital y participó como candidata a una diputación por un distrito de Puebla.
Su muerte, impactó a sus amigos que eran muchos, pues todavía no cumplía los 60 años de edad.
Fue velada en la funeraria Valle de los Ángeles a donde concurrieron cientos de personas que la estimaban. Después de una misa celebrada a las 18 horas del pasado viernes, fue incinerada.
Desde este espacio enviamos un fuerte abrazo a su señor padre, don Manuel y a sus hermanos Oscar y Manuel, y nos unimos a su pena. Doña Amparo Rodríguez de Sánchez Pontón, su mamá, falleció el año pasado.
Nos dicen varios militantes priistas, que lamentan mucho que personajes de su partido, como José Alarcón Hernández y otros, decidan separarse del Revolucionario Institucional, pero más, que surjan voces de dentro del priismo, que les urjan a que se vayan. Esto sólo puede explicarse, dicen, porque los consideran un obstáculo para sus fines personales.
Son personas que han contribuido a hacer del PRI un partido bien estructurado y bien organizado, algo que se está perdiendo ya. Debería haber consideración para militantes tan valiosos y no manifestaciones de júbilo absurdo que sólo conduce a ahondar más las divisiones que han surgido al interior del PRI.
Lo que el licenciado Alarcón ha dicho, es cierto: no se requiere ser un militante del partido tricolor, para seguir siendo priista, por fidelidad a la ideología que ese partido sustentó durante mucho tiempo. El problema es que el PRI ideológicamente ya no es el PRI. Está mucho más cerca a la ideología derechista del PAN, como lo demuestra su alianza en las cámaras de diputados y de senadores. Como dicen los clásicos: ¿Será?