De entrada, el candidato del PAN y los partidos que conforman la alianza con México al Frente, parecen más atrasados que Andrés Manuel López Obrador, de quien Ricardo Anaya dijo, que su proyecto de gobierno es obsoleto, pues corresponde a otros tiempos ya pasados.
El candidato panista, perredista y de MC, para demostrar que él es muy adelantado y moderno, inicia su campaña en Puebla con un ataque frontal contra el ex gobernador Mario Marín, que fue el fantasma con el que peleó el morenovallismo, durante los seis años de ese gobierno.
¿Nadie informó al candidato presidencial, que el asunto de Mario Marín ya quedó liquidado desde hace años y que los ataques que durante todo el sexenio anterior se le lanzaron, fueron para justificar las deficiencias, los errores, las torpezas del gobierno que lo sucedió?
Seis años de ataques continuos contra el ex gobernador, por el error cometido en el asunto de la periodista Lidia Cacho, y todavía viene el candidato presidencial a pretender revivir el asunto ¿con qué fines? ¿Para proteger a quién?
El candidato priísta a la gubernatura en esta campaña, el doctor Enrique Doger, ha dicho con toda razón, que los ataques contra Marín deben estar basados en hechos y para eso, solo hay que hacer comparaciones: ¿en qué gobierno creció más la deuda pública? ¿en qué gobierno hubo mayor inseguridad? El gobierno de Marín dejó 32 tomas de combustible robado, al terminar el periodo morenovallista, había más de dos mil.
Como el mismo Anaya dice: “Es patético” que un candidato presidencial, llegue a un estado del país, sin estar bien informado de lo que ahí pasa o ha pasado y sin más, se lance contra quien fue, junto con otros gobernadores priístas, el centro de la campaña mediática para bajar los votos del PRI en las elecciones del 2006.
Con esta actitud, ¿Anaya pretende proteger a alguien? ¿quién le dijo que debía atacar a un personaje del PRI, que tiene siete años de haber dejado de ser protagonista político en Puebla? ¿Por qué no habla de las maravillas de los gobiernos panistas de Sonora (el ex gobernador está preso) y de Jalisco, acusado de una malversación mayor a los 700 millones?
Como ya le habíamos informado, el candidato presidencial del PAN, inició su campaña en Puebla el jueves, presidiendo un acto ante quinientos jóvenes en la capital y un mitin en Amozoc, ante más de 2 mil personas.
El sábado reanudó su gira por el estado, visitando Ciudad Serdán, Zacatlán, Huauchinango, Tehuacán y Vicente Guerrero.
Ha sido acompañado de la candidata a gobernadora de su misma coalición, Martha Erika Alonso y de dirigentes y militantes del PAN morenovallista.
La mayor parte de los viejos panistas, denominados puros o doctrinarios, se han abstenido de participar. Hay eso sí, dirigentes del PRD, de Movimiento Ciudadano, y de algunas otras organizaciones que conforman la alianza.
Quién lo iba a decir: los organizadores, los operadores de la campaña presidencial del PAN en Puebla, son en su gran mayoría ex priístas. El más activo de ellos, es Fernando Morales Martínez, ex diputado, ex dirigente juvenil y ex dirigente estatal del PRI.
También figura destacadamente el licenciado José Alarcón Hernández, presidente del partido local Compromiso por Puebla, quien en el PRI durante muchos años, fue uno de sus operadores más eficaces al grado de convertirse en leyenda.
También ha sido diputado federal y local, alto funcionario estatal, delegado del comité nacional en varias entidades del país, dirigente estatal priísta y muchas cosas más.
El diputado local Mario Rincón, fue un operador priísta muy eficiente. El mismo dice que lo que sabe de política, lo aprendió en el PRI se dice que fue el encargado de organizar el acto de Amozoc el jueves. Y así por el estilo.
También están interviniendo varios personajes del PRD.
Fernando Morales ha sabido movilizar a sus amigos en los actos juveniles del PRI y ahora en los del PAN y MC, es el signo de los tiempos.
La política en México, está en plena decadencia. Problemas internos en todos los partidos, sin fin; saltos de un partido a otro constantemente; descontento por imposiciones en todos los que conforman la patidocracia mexicana, etcétera.