Pocas veces se ha visto en Puebla un recibimiento tan espontáneo a un político (del signo que sea) como el que el sábado se dio a Andrés Manuel López Obrador.
La cita era a las 10 horas en la llamada Plaza de la Democracia, frente al edificio carolino de la BUAP y la iglesia de la Compañía. No menos de diez mil personas, muchísimos jóvenes, profesionistas, maestros y gente de clase media en general, se apretujaron en la histórica plazuela donde hace cien años también realizó ahí un mitin, don Francisco I. Madero.
Muchos de los asistentes lucían una playera blanca con la inscripción “Morena” o una gorra tipo beisbolista con la misma inscripción.
El dirigente político, que ha sido dos veces candidato a la presidencia de la república y que es seguro lo intentará por tercera ocasión en el 2018, llegó poco antes de las 12 horas, cuando la plaza ya estaba llena y ocupaban un lugar en la tribuna, el senador de la república, Manuel Bartlett, ex gobernador del estado; el ex secretario general de gobierno Fernando Manzanilla, algo que constituyó la sorpresa general y suscitó muchos comentarios; el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa y muchas personalidades de la izquierda poblana.
El mitin ya había empezado y seguía llegando gente por todas partes. La plazuela no fue capaz de albergar a tanta gente, que se desparramó hacia las calles laterales.
Los discursos no se escucharon bien, por la mala calidad del sonido, pero la gente no se movía y aplaudía con entusiasmo las frases de López Obrador.
El acto duró poco más de una hora y al final, se firmó el Acuerdo Nacional por la Defensa de México, estampando sus firmas numerosas personalidades que estuvieron en la tribuna, entre ellas Fernando Manzanilla, el primer secretario general de gobierno del pasado sexenio.
Muchos seguidores o simpatizantes de López Obrador, al ya no poder acceder a la Plaza de la Democracia, se quedaron en los portales a tomar café y hacer comentarios sobre lo que estaba pasando y sobre si el año próximo el gobierno reconocería el triunfo de Morena o por tercera ocasión se haría chanchullo.
Las encuestas recientes y no tan recientes, califican al tabasqueño como el puntero en la intención del voto. En el sur del Estado, la simpatía por la izquierda está fuera de duda, pero también se afirma que en la sierra norte y nororiental de la entidad, los lopezobradoristas están creciendo muy rápidamente.
El discurso de López Obrador, ya se sabe, es contra el gasolinazo, contra la corrupción, contra la inseguridad, la pobreza que se agrava y los demás problemas que agobian a la nación.
Podrá llamarse a esto “populismo”, pero es lo que la gente, cansada de los políticos tradicionales, que por lo general, son incongruentes entre lo que dicen y lo que hacen, les gusta escuchar. Lo cierto es que la gente lo sigue en forma espontánea y que recibe fuertes y entusiastas aplausos, pese a que no tiene una voz del clásico orador político mexicano.
Se dijo extraoficialmente, que el dirigente de Morena, tendría aquí, como ya la tuvo a nivel nacional, una reunión con empresarios poblanos. La reunión sería privada y en ella se hablaría de los problemas del país y de las propuestas para darles solución.
Mientras tanto en el PRI, ya empieza a haber sorpresas: Javier López Zavala, ex funcionario público, ex diputado local, ex diputado federal y ex candidato a la gubernatura del estado, anunció públicamente, que está en pláticas con la dirigencia estatal de Morena.
Alejandro Armenta, tiene problemas con la dirigencia de su partido y aunque no lo ha anunciado hay rumores de rompimiento y lo mismo se dice de otros priistas connotados o distinguidos, inconformes con lo que pasa en las filas tricolores. Esta semana será interesante. Hay que estar pendientes de las noticias.