Gabriel Sánchez Andraca
En los últimos días de noviembre o en los primeros de diciembre, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tomará la decisión de ratificar a la señora Martha Erika Alonso Hidalgo como gobernadora de Puebla o anular la elección, y convocar a un nuevo proceso electoral.
Si la decisión es la anulación de la elección de gobernador y convocar a una nueva elección, tendrá que designarse a un gobernador interino a fin de que cubra el tiempo que transcurrirá desde el término para el que fue electo Antonio Gali Fayad, hasta que se realice el nuevo proceso electoral.
El gobernador interino permanecería en el poder entre tres y cuatro meses, se afirma y lo ideal sería, opinan muchos, que fuera una persona reconocida por sus méritos cívicos, pero ajena a los partidos políticos. Se habla de rectores de algunas universidades oficiales y privadas, y de destacados abogados o economistas.
El asunto de Amozoc, sobre la acusación no oficial contra el nuevo presidente municipal de Morena, en el sentido de que amenazó a los regidores de su ayuntamiento, en la primera sesión de Cabildo efectuada la noche del pasado 15 de octubre pistola en mano, para que firmaran un acuerdo a fin de que tuvieran acceso a puestos públicos familiares del propio alcalde y de los nuevos regidores, ya fue desmentida por el diputado Gabriel Biestro Medinilla, dirigente estatal de Morena.
Sin embargo, sería necesaria una investigación a fondo para saber si realmente fue como afirman muchos o se trata de una calumnia contra la nueva autoridad municipal.
En numerosas poblaciones y cabeceras municipales, hay rivalidades entre los grupos políticos que se van y los que llegan, o entre grupos de un mismo partido. Y no sería nada raro que un rumor como el que nos ocupa, hubiera sido un invento de algunos de esos grupos.
Pero también puede ser verdad, pues hemos estado viendo que entre muchas de las personas que han alcanzado un posición de poder, demuestran falta de oficio político, inmadurez y que por lo tanto, como se dice popularmente, no se miden, pues creen que gozan de impunidad y que pueden hacer lo que quieran.
Los partidos políticos deben actuar con mesura, pero también con eficiencia en casos como esos. No se puede ya, en estos tiempos, negar sólo para proteger a un correligionario, hechos que si no se afrontan como debe ser, desprestigiarán a los partidos y a los políticos que forman parte de ellos.
El conocido periodista televisivo, Carlos Loret de Mola, publicó en el diario capitalino El Universal, una columna en la que afirma que el gobierno Morenista de López Obrador, por la forma arrolladora como ganó, y por la descomposición interna de los partidos políticos opositores, carece de contrapesos.
Agregó que los gobiernos democráticos en cualquier parte del mundo requieren de esos contrapesos para evitar que se vuelvan autoritarios o dictatoriales. Ante eso, ante la falta de contrapesos, Morena está como el antiguo PRI; lo controla todo y puede empezar a abusar, si no hay quien denuncie los abusos o arbitrariedades que pudieran cometerse.
Dice Loret, que eso hace que los únicos contrapesos sean la prensa y la sociedad civil. La función de la prensa es la de informar con objetividad sobre el diario acontecer, pero la situación actual, la obliga a ser también crítica y denunciante, es decir, servir de contrapeso en situaciones como la que vivimos.
Las organizaciones de la sociedad civil, también han empezado a cubrir la parte que les corresponde, manifestándose, protestando, exigiendo atención a sus problemas, denunciando injusticias, etc. Han crecido las organizaciones de la sociedad civil en todos los estados y al parecer, seguirán creciendo y fortaleciéndose, y eso es parte del proceso democrático en el que estamos inmersos.
El Partido Acción Nacional (PAN) sigue dividido en Puebla. Ahora la división es por la renovación de las dirigencias nacional y estatal de ese partido. A nivel nacional, los candidatos, entre quienes parece que se decidirá la elección de dirigente, son Marko Cortés y Manuel Gómez Morín, nieto del fundador de ese partido.
Al primero se le liga con el grupo de Ricardo Anaya, el ex candidato presidencial panista, que quiere seguir controlando al partido de la derecha, aún desde su autoexilio en los Estados Unidos, donde será catedrático de varias universidades; y el segundo, que afirma que su pretensión es rescatar al partido que fundó su abuelo, de las manos de los oportunistas que lo han llevado por caminos que difieren mucho de los postulados doctrinarios de Acción Nacional.
En Puebla, el PAN del ex gobernador Rafael Moreno Valle, ya tiene una candidata y la actual dirigencia, también de esa corriente, no permite el registro de Rafael Micalco, que pretende llegar nuevamente (ya estuvo una vez) a la presidencia de ese partido, pero cuenta con el apoyo del comité nacional que ha ordenado su registro como aspirante. El problema para Micalco, es que la corriente tradicionalista a la que pertenece, parece haberse retirado de la lucha, pues el control total del partido, lo tiene el morenovallismo.