Los priistas, panistas y perredistas, en su afán de destruir a Andrés Manuel López Obrador, han logrado exactamente lo contrario, lo han hecho crecer, como nunca lo imaginaron.
Si el dirigente de Morena y casi seguro candidato de ese partido a la Presidencia de la República, hubiera planeado una campaña publicitaria semejante a la que está teniendo, los 500 mil pesos que recibió una ingenua diputada de su partido, no le hubieran servido ni para el pago de un minuto de menciones en todos los noticieros televisivos, en las planas de los principales diarios y en la columnas políticas más prestigiadas.
Lo que le han regalado, ha sido una publicidad con costo de cientos de millones de pesos, y han ganado un desprestigio enorme, pues las pláticas en los cafés, en círculos políticos y entre amigos y familiares, han sido sobre todo lo que “El Peje” ha dicho de sus adversarios políticos, principalmente de Carlos Salinas, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y otros, festejando sus dichos y sus ataques.
Y es que de lo que no se han dado cuenta, es de que “El Peje”, pese a sus esfuerzos, sigue teniendo credibilidad y ellos, los priistas, panistas y perredistas, han perdido credibilidad hasta entre su propia gente.
Entre la mayor parte de los priistas consultados vía telefónica sobre su opinión con respecto a la suspensión de Alejandro Armenta y la expulsión de José Alarcón del PRI, prevalece la inconformidad con las medidas adoptadas.
“No han sido expulsados los priistas que se unieron a la campaña de Rafael Moreno Valle, en el 2009 y 2010 y tampoco los que colaboraron con él en su gobierno”, nos dijo uno de nuestros informantes, “y ninguno ha tenido la participación, dentro del partido y en los gobiernos priistas, tan intensa y tan efectiva, como Armenta y Alarcón”.
Varios están de acuerdo en que se tomen medidas disciplinarias contra quienes se pasan o sirven a otros partidos, pero para eso no se debe actuar en forma autoritaria y hay que hacer un sondeo, hablar con los militantes y con los interesados, para tomar una decisión justa y no actuar visceralmente porque aumenta el descontento que existe ya al interior del partido tricolor.
“Ah, pero que también se castigue a los dirigentes que designan candidatos a puestos de elección popular, por compromisos, amiguismos o compadrazgos, que generalmente resultan ser los que por sus corruptelas e incapacidad, desprestigian más al partido”.
Ha surgido en Puebla un nuevo partido local, que espera obtener su registro para participar en las elecciones del 2018. Tiene ya 12 mil afiliados, en la entidad, ya se integró su comité estatal y tiene conformados 18 comités distritales.
Su militancia, explicó el doctor en derecho Elieser Popocatl Castillo, el dirigente estatal, está presente en 80 de los 217 municipios del estado.
Los trámites para su registro ya están avanzados y se presentará un recurso de apelación pues están suspendidos los registros de nuevos partidos, pero los del “Partido Ciudadano Anticorrupción”, así se llama, creen poder ganar la apelación a fin de que pueda iniciarse la celebración de las 36 asambleas distritales, que por ley tienen que llevar a cabo y la asamblea estatal.
El objetivo de esta nueva organización política, nos dijo el doctor Popocatl Castillo, es luchar por fortalecer la economía popular, mediante una institución bancaria para los pobres, como ya ocurrió en La India, para financiar pequeños y medianos proyectos productivos, acabar con el paternalismo y sustituir esa política que hace a la gente dependiente del gobierno, por la cultura del esfuerzo. Que cada familia, tenga un medio de ganarse el recurso necesario para atender sus necesidades.
Elieser Popocatl, ha sido militante del Partido Verde Ecologista, del que sigue siendo miembro hasta la fecha. Dice no temer, que como ahora está de moda en los partidos, ser expulsado por promover este proyecto.
En 1960, hubo un movimiento estudiantil cívico-popular, en el Estado de Guerrero, en contra del general Raúl Caballero Aburto, gobernador del estado suriano, que había estado en Puebla, como comandante de la XXV Zona Militar.
Ese movimiento fue encabezado por estudiantes de la recién creada Universidad Autónoma de Guerrero, teniendo como líder a un estudiante que terminaba la preparatoria, de nombre Jesús Araujo Hernández.
Fue en el mes de diciembre de ese año, cuando el movimiento que llevaba varios meses, tuvo su desenlace con la lamentable muerte de 16 personas durante un mitin en Chilpancingo.
La desaparición de Poderes en el Estado, fue inminente.
Recordamos estos sucesos, porque varios de los participantes, fueron amigos y compañeros de este columnista y uno de ellos, el que durante todo el movimiento estuvo al frente, fue detenido por el ejército, después estudió Derecho en la UNAM y durante su estancia en México estuvo en Puebla dos veces de visita, Jesús Araujo Hernández, que dos veces fue presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero, falleció la semana pasada. Nuestras condolencias a sus hijas y demás familiares, así como a sus amigos.