Opinión de Gabriel Sánchez Andraca / Semana Política
Las compañías estadounidenses, inglesas y holandesas, propietarias de los yacimientos petroleros de México, se sentían dueñas del país. Despreciaban a los mexicanos, al gobierno nacional y no se diga a los gobiernos locales, además de que explotaban a los trabajadores como se les daba su real gana.
Lázaro Cárdenas en el poder, decidió terminar con esa situación, y las empresas respondieron con altanería y prepotencia. Cuando se acordó la expropiación, los apoderados extranjeros retiraron a todos sus técnicos, y pensaron que pronto el gobierno mexicano iba a llamarlos de regreso, porque no podrían mover una sola refinería.
Se equivocaron: los obreros y los pocos técnicos mexicanos, no solo sí pudieron con el paquete, sino que hicieron de la empresa PEMEX el motor para el crecimiento del país. El petróleo fue la base sobre la que se fincó la modernización de la nación, impulsando la educación y la salud, principalmente, lo que constituyó el primer paso hacia nuestro desarrollo.
El país, que solo tenía una clase alta, dueña de gran parte de la riqueza nacional, y una baja, compuesta por medianos y pequeños comerciantes, campesinos y desarrapados, pasó a conformar una clase media ilustrada y fuerte, que en los años cincuenta y sesenta, creció hasta colocar al país como el más avanzado de América Latina.
LLEGÓ EL REMOLINO, Y NOS “ALEVANTÓ”: A los gobiernos surgidos de la Revolución de 1910, cuya preocupación fue siempre la solución a la enorme desigualdad que existía en México desde que era colonia española, siguieron gobiernos que se desentendieron de los problemas sociales.
Esos gobiernos estaban integrados por jóvenes que habían sido educados en universidades gringas, y que se sentían superiores a la clase política gobernante, conformada por egresados de universidades e instituciones de educación superior nacionales.
La tecnocracia criolla impuso una política económica neoliberal y abandonó el interés de resolver los problemas sociales, que fue la meta de la política de los revolucionarios, para sacar a los pobres de su situación mediante la educación, el trabajo justamente remunerado, la seguridad social y el apoyo al campo para la producción de alimentos, teniendo como motor de todo eso, la producción petrolera.
Esta forma de gobierno (tecnocracia), dejó que la empresa petrolera del Estado Mexicano se corrompiera, a fin de venderla a los extranjeros como estaba antes, y para ello contribuyó a su deterioro. Ya estaba a punto de lograrlo. Llegamos al grado de importar gasolinas, siendo exportadores de petróleo crudo. Como ha dicho el presidente López Obrador, era como vender naranjas para luego importar jugo de naranja.
Ahora, en la operación de rescate: se han rehabilitado las refinerías que habían sido abandonadas y se está construyendo una más en Dos Bocas, Tabasco; se ha parado en elevado grado el robo de combustible, en el que estaban implicados altos funcionarios del gobierno y líderes sindicales de PEMEX; se está democratizando al sindicato de esa empresa y combatiendo la corrupción.
Los resultados: que pronto seremos nuevamente autosuficientes en la producción de gasolinas, exportaremos petróleo en forma medida para no agotar los yacimientos, y eso fortalecerá al país, pues tendremos autosuficiencia en este energético como pocos países en el mundo.
Nos faltaría luchar para ser autosuficientes de alimentos básicos, y con eso, nuestra soberanía como país independiente, estaría garantizada. Esto se lo escuchamos hace más de 50 años al licenciado Carlos M. Ibarra, catedrático de Economía Política, en primer año de Derecho de la UAP.
TLAXCALA, LA CIUDAD CAPITAL DEL ESTADO DEL mismo nombre, está de fiesta: será sede del inicio de la eliminatoria de los equipos de voleibol playero, de 34 países del mundo.
Se utilizarán como escenarios para este deporte, la plaza de toros “Ranchero Aguilar” y la Explanada del Museo de Arte. Hay entusiasmo entre los fanáticos de este deporte de la propia Tlaxcala y de Puebla.
Los equipos de los países participantes, recorrerán varias naciones para la eliminatoria, a fin de estar listos los triunfadores, para la competencia olímpica próxima.
EL GOBERNADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA, HACE UN llamado a no dejar de usar el cubre-bocas, porque el peligro del Covid-19 no ha pasado.
Lo mismo pide un organismo de salud mundial, que afirma que hasta en tanto no haya la seguridad de que sea eliminado el peligro, el mundo no debe bajar la guardia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), opina que las medidas preventivas contra esta enfermedad, deben continuar, pues el inicio de la primavera-verano, no garantiza que el mal se haya extinguido o que ya no es peligroso. Todavía existen contagios en naciones africanas, en algunas europeas y en China.