Gabriel Sánchez Andraca / Semana Política
En el proyecto presidencial para reformar el sistema electoral de México, que ya desde la época priísta tenía fama de ser el sistema “democrático” más caro e ineficiente del mundo, pretende una reforma sustancial. En primer lugar, disminuir el presupuesto del INE a la mitad de lo que ahora tiene asignado, que son 20 mil millones de pesos.
Si el proyecto se aprueba (lo tienen que decretar los diputados y senadores, que reciben línea de los dirigentes de sus partidos y en esto, los partidos resultan principalmente afectados), se reducirá el subsidio o las participaciones a todos los partidos también al cincuenta por ciento; eliminar a los organismos estatales electorales, porque representan duplicidad de funciones y doble gasto burocrático, es decir, federalizar las elecciones de los estados.
También se propone la supresión de los diputados plurinominales, que son 200, para dejar solo a los 300 que hayan sido electos por el voto popular y reducir el número de senadores a los 64 que debe tener, con dos representantes por cada entidad federativa. Prescindir de los senadores plurinominales y los de primera minoría.
El senado debe tener 64 representantes electos por voto directo por los ciudadanos, dos por cada Estado de la República. Actualmente tiene 128; 32 por el principio de primera minoría, arribando en este grupo, dirigentes de los partidos, y amigos y compadres, y 32 más plurinominales.
Y usted se preguntará, ¿para qué tantos diputados y senadores?, si solo 300 diputados y 64 senadores son representantes genuinos de los ciudadanos que los eligen con su voto.
LA RESPUESTA ES QUE LOS PARTIDOS NECESITABAN colocar a sus miembros, familiares y amigos en puestos políticos, pues tenían problemas internos a la hora de decidir las candidaturas. Con los plurinominales y los llamados senadores de primera minoría, podían resolver sus problemas internos, o por lo menos aminorarlos.
Ya en los tiempos priístas, se decía que el sostenimiento del aparato electoral mexicano resultaba muy costoso para el erario público, pero era políticamente necesario, para tener tranquila a la gallera.
Pero con el tiempo se demostró que además de costosas, las cámaras de diputados y de senadores, eran conflictivas. Para que aprobaran un proyecto del Ejecutivo, como el de las Reformas Estructurales de Peña Nieto, tenían que repartir millones de pesos entre los legisladores para que dieran su voto aprobatorio. Eso ya se demostró, precisamente en el asunto de las Reformas Estructurales.
Hay que ver el ambiente de fiesta, pero fiesta en grande, que armaron los legisladores, el día de la aprobación. Hay un video de eso.
A nivel local, la privatización del servicio de agua potable en esta capital y la llamada “ley bala”, en los tiempos del gobierno panista de Moreno Valle Rosas, se aprobaron por ese procedimiento: votaron por el sí los panistas, que eran la bancada mayoritaria, la del PRI y los diputados del PRD no se presentaron, y su ausencia hizo que su voto contara por el sí.
PERO LA PROPUESTA PRESIDENCIAL VA MAS ALLÁ: reducir el número de integrantes de los organismos electorales propiamente dichos, que sean electos por el pueblo, a propuesta de los tres poderes, 20 cada uno; que sean personas honorables y apartidistas, y que tengan convicciones realmente democráticas.
Desde luego que sus sueldos ya no serán los que ahora reciben, más del doble de lo que gana el presidente de la República.
Muchos expertos en materia electoral, muchos políticos de buena fe, están de acuerdo con esta propuesta de la que se viene hablando desde hace más de dos décadas, pero oficialmente no se había hecho ningún intento para lograrlo.
Los principales opositores a estos cambios, serán los partidos y sus representantes en ambas cámaras, pues no les conviene, pero lo cierto es que, con el actual comportamiento del INE, son muchos los ciudadanos que ya están hasta el copete de tantos abusos. La moneda está en el aire.
EL GOBERNADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA, DIJO QUE LA LIMPIA de mafias que pretenden controlar el penal de San Miguel, en esta capital, continuará hasta el final.
Los grupos que intentaban gobernar el Centro de Reclusión de San Miguel, ya quedaron debilitados con el traslado de nueve de sus elementos a cárceles de otras entidades.
Sigue la lucha contra la corrupción interna y ya se prohibió la existencia al interior del penal, de restaurantes y establecimientos para venta de cigarros, refrescos, etc., porque se ha comprobado, que son lugares donde algunos grupos de reos toman acuerdos para crear conflictos.
LE DIJIMOS QUE el pasado martes arrancaría el plan del dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, para rehabilitar al partido que durante ochenta años fue el rey.
No hubo nada, pero según sabemos, se aplazó lo que sería un acto juvenil, en el que el dirigente estatal lanzaría su proyecto de reconstrucción del partido tricolor en Puebla, porque Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional, vendrá a esa reunión dentro de unos días y pues donde manda capitán…