El pasado 10 de este mes, fecha en la que se conmemoró el 104 aniversario del asesinato del líder agrarista de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata, quedó completamente claro que la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del estado de Puebla, que formaba parte de la Confederación Nacional Campesina del PRI, uno de los pilares del priísmo nacional, ha dejado de existir.
Fue el sector más fuerte del priísmo local y nacional, el que aportaba el mayor número de votos al Partido Revolucionario Institucional y el que llenaba las plazas en los mítines priístas, aunque no era el que mayor número de candidatos lograba colocar, pues en ese aspecto, los sectores popular y obrero, eran los ‘ganones’.
Un grupo importante de campesinos poblanos concurrieron al acto celebrado en la ciudad de México, la primera Convención Nacional Agrarista, en la que fueron reconocidos los cambios impulsados por la 4T en beneficio de los campesinos. Los poblanos reconocieron las iniciativas para frenar los químicos para abonar o combatir plagas en los cultivos y la prohibición de los cultivos transgénicos.
Protestaron por la privatización del agua potable en el estado de Puebla y pidieron quitar esa concesión a particulares. Esto fue aprobado en el primer gobierno estatal panista y aunque Morena ofreció echar atrás esa decisión, por razones legales no ha podido hacerlo o no ha querido.
LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA ORGANZACIÓN campesina priísta, es un desastre total. Durante años ocupó una casa colonial del Centro Histórico de esta ciudad, propiedad del Gobierno estatal, y ésta les fue quitada por el gobierno morenista. Actualmente no se sabe dónde son atendidos los campesinos que le quedan a dicha organización, ni quiénes son sus dirigentes.
En igual situación está la CNOP, el sector priísta que agrupaba a las clases medias populares y que desde hace varios años prácticamente ha dejado de existir.
El sector obrero que estaba formado por las centrales CROM, FROC y CTM sólo tiene en la actualidad a esta última: la CROM ha desaparecido prácticamente; la FROC ha dejado en plena libertad a sus miembros para militar políticamente en el partido que quieran y sólo la CTM sigue fiel al priísmo.
HAY PRIÍSTAS SUELTOS, GENERALMENTE DE LA CNOP, que consideran que el PRI puede resucitar. Son priístas generalmente preparados, con oficio político y con sensibilidad social, y muchos están conscientes que será difícil recomponer a su partido, pero no se hacen muchas ilusiones: piensan en un PRI bien organizado, bien estructurado, pero los tiempos de antes, cuando era el rey de reyes, ya no volverán.
Un PRI se hace necesario en los tiempos actuales. No un PRI aliado de su histórico adversario, el PAN, sino un Partido Revolucionario Institucional fuerte, bien organizado, liberal y que tenga como meta la atención a los problemas de las clases populares, como lo fue antes de que le cayeran los tecnócratas neoliberales.