Los aspirantes a la candidatura priista a la gubernatura del estado, que habrá de elegirse en junio del 2018, son cinco. Hay más, pero cinco son los que pueden ser tomados en serio.
Enrique Doger Guerrero, Juan Carlos Lastiri, Alberto Jiménez Merino, Alejandro Armenta y Juan Manuel Vega Rayet.
Falta mucho para que la decisión se tome, es posible que surjan más nombres, pero de momento, son los que más suenan y los que cuentan con un trabajo más serio.
Entrevistado por un grupo de columnistas, Juan Manuel Vega Rayet, actual delegado de la Sedesol en Puebla, ex presidente municipal de Izúcar de Matamoros, ex diputado local y ex diputado federal, además de ex presidente estatal del PRI, dijo que su partido tiene la decisión y la posibilidad de recuperar a la entidad poblana, gobernada desde el 2010, por una alianza partidista encabezada por el Partido Acción Nacional (PAN).
Todo dependerá de la unidad del partido, que se procurará mantener a toda costa y de la estrategia de campaña.
En 2018, Puebla habrá de elegir además de gobernador, 217 ayuntamientos, 41 diputados locales, diputados federales y senadores, como gran parte de los estados de la república.
Muchos políticos priistas, tendrán pues oportunidad de figurar como candidatos a los diferentes puestos públicos de elección popular en disputa.
Vega Rayet cree que la unidad de los priistas y la estrategia de lucha, serán básicas para recuperar la plaza que desde 2010, está ocupada por políticos surgidos de una alianza de partidos opositores al PRI, desde la gubernatura hasta los ayuntamientos más importantes de la entidad, pasando por la mayoría de las diputaciones locales.
Recuperar la mayoría de las posiciones que el PRI tiene perdidas, no será cosa fácil, pero tampoco imposible. Entre los priistas existe la convicción de que el partido tricolor tiene muchas ventajas que deberá aprovechar en las elecciones del 2018.
El actual delegado de la Sedesol en Puebla, afirma que debe haber una renovación de la dirigencia priista, renovar los cuadros directivos es indispensable para empezar a trabajar en la nueva estrategia que deberá aplicarse para el año próximo.
En la plática hizo mención al trabajo que realiza al frente de la delegación de Sedesol, de lo que le platicaremos en próximas entregas.
Se inicia un nuevo año y todo parece indicar, que el 2017, será un año complicado en lo económico, en lo político y en lo social.
De entrada, el gobierno federal ya ha anunciado un aumento en el precio de los combustibles y no será un incremento menor, pues en muchos casos superará el 20 por ciento.
Eso, además de descontento social, provocará mayor inflación y problemas de tipo político.
Desde los años de Salinas de Gortari, cuando se implantó en nuestro país el sistema económico neoliberal, que sustituyó al sistema surgido de la Revolución de 1910, el descontento social se ha venido incrementando al grado que ya parece que estamos en una etapa pre revolucionaria, sobre todo si se tiene en cuenta el clima de inseguridad que prevalece en la mayor parte del país.
Las explicaciones que las secretarías de Hacienda, de Economía, de Energía, han venido dando para justificar el aumento a las gasolinas, suenan lógicas, pero no satisfacen a nadie.
Y es que los mexicanos de los años treinta para acá, crecimos con la idea de que somos un país petrolero y no nos cabe en la cabeza, que exportemos petróleo crudo para luego importarlo procesado y ya convertido en gasolina. Nos parece una torpeza y realmente lo es, pero los mexicanos no fuimos capaces, cuando se saqueaba nuestra riqueza petrolera, de protestar y de obligar a las autoridades a conducirse con honestidad en la administración de un elemento natural, que en otros países quisieran y que nosotros dejamos que nuestros políticos, priistas y panistas, dilapidaran alegremente, sin preocuparse de su conservación y de utilizar el dinero que eso producía, para impulsar realmente el desarrollo del país.
Ahora resulta que estamos entre los países con mayor atraso de América Latina y que seguimos en picada, por eso de la inseguridad y de la “guerra contra el narcotráfico” que consume anualmente miles de millones de pesos, sin resultados tangibles.
Regiones como “la Mixteca poblana” tienen un grave problema agregado: el de los trabajadores indocumentados que viven en los Estados Unidos y que a partir del 20 de enero, en que toma posesión como Presidente del país del norte un señor apellidado Trump, que ha amenazado a nuestros compatriotas con la deportación y con construir una muralla entre nuestro país y el suyo, para frenar la emigración.
Regiones como la mixteca, sufrirán un duro golpe por esa situación, ya que miles de familias de acá, viven gracias a las remesas que les envían sus parientes que trabajan allá.
Hay la esperanza de que, por la importancia que los trabajadores migrantes tienen para la agricultura y el desempeño de otros trabajos en ciudades y campos de la Unión Americana, básicos para la economía de ese país, la amenaza no llegue a concretarse como la ha planteado el presidente electo, cuando era candidato. La realidad habrá de imponerse.
Pero además, se cree que habrá un buen entendimiento entre el que será secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y Trump, pues fue el alto funcionario mexicano que promovió su visita cuando era candidato, a nuestro país, para explicar las razones de sus ataques a México y a los mexicanos, hecho (el promover la visita) que le costó el puesto al funcionario mexicano.
Lo de su paso a ocupar la titularidad de Relaciones Exteriores, es señalado como un hecho en los altos círculos políticos y diplomáticos de nuestro país.