Elizabeth Soriano
Para mi sigue siendo un placer el poder escribir para todos ustedes sobre los valores, sumándome a un esfuerzo colectivo para rescatarlos en una sociedad tan dañada; por eso este mes hablaré de la paz, no solo como la ausencia de guerra o violencia, o las buenas relaciones de los países, sino de algo más personal: la paz interior.
En las últimas semanas he convivido de cerca con conocidos que han perdido su paz interna, debido a seres que han lastimado lo que más aman, sus mejores amigos o su propia familia, eso ha derivado en que no puedan tener tranquilidad, con un corazón lleno de rencor.
Nuestra paz interior va muy ligada al perdón, ese regalo que te das a ti mismo y que te ayuda a recuperar la paz perdida, ganar equilibrio emocional, concentrando las fuerzas en lo que es importante, sabiendo con quienes contar para hacer de la vida lo mejor.
Por eso hoy escribo para ellos y para ti que me estas leyendo; te puedo decir que no hay duda de que el perdonar es una de las experiencias humanas más liberadoras que existen, sana las heridas para recuperar la tranquilidad y la paz, la serenidad con la que podemos lograr ser amables, generosos y alegres, y de esa manera contribuir con algo bueno a nuestra sociedad.
Ojalá todas nuestras autoridades pudieran tener algo de paz interior, porque entonces lo reflejarían a su pueblo y no estaríamos viviendo el verdadero terror que actualmente padecemos.
¿Quieres saber por qué es tan importante tener latente nuestra paz interior? Porque una persona pacífica es una persona serena, que no se va dejar afectar por las circunstancias malas y trágicas que se encuentre en su camino; dijera mi sabia maestra: “pueden ir caminando por el lodo y la suciedad y no embarrarse”.
Tener en nosotros esa paz, permite no ser una persona fría e insensible, porque fortalecemos los sentimientos y nos convertimos en seres independiente, capaces de enfrentar las dificultades, sin dejarnos arrastrar por aquello que bien sabemos, no podremos controlar.
Y el punto más importante de conservar la paz interior, es que siempre, el principal recurso para solucionar conflictos son el dialogo, la reflexión y la búsqueda de acuerdos, con eso seguro que no habría guerras, porque la paz y la serenidad superan el temor y el nerviosismo, por eso siempre es el objetivo de los sabios y las grandes mentes.
No olviden que en el camino podemos encontrar muchos obstáculos, pero la diferencia es como los enfrentamos, usando siempre un estandarte de respetos y aceptación. Y es un proceso que nos corresponde a todos, el fomentar la cultura de la paz entre nuestra sociedad; que esa paz interna se proyecte al mundo exterior y nos permita abrir caminos en donde sea mas sencillo andar.
Los dejo con esta frase que leí por ahí: “Horror en el corazón de quienes traman el mal; gozo para los que aconsejan paz”. Espero pronto volver a leernos