Nicolás Dávila Peralta
En las elecciones del 6 de junio se pusieron sobre la mesa dos objetivos muy claros: por un lado, el partido en el poder y sus aliados (Morena, PT, PVEM) tuvieron el objetivo claro de fortalecer la Cuarta Transformación (4T), guía del gobierno de López
Obrador; por otro, esa extraña alianza de contrarios (derecha empresarial-PAN-PRI-PRD) trabajó para frenar la política gubernamental e incluso, sentar las bases para destituir al Presidente de la República.
Concluido el proceso electoral y de cara a los resultados, se ha iniciado la evaluación de lo conseguido para alcanzar ambos objetivos.
Para los creadores y seguidores de la alianza Va por México, los panoramas de la Ciudad de México y el de la zona conurbada del estado de Puebla, los llenan de optimismo: han logrado un triunfo claro. A la Ciudad de México lograron dividirla en el oriente morenista y el poniente aliancista. Para ellos, este es el primer paso para recuperar en 2024 el gobierno de la capital del país. En cuanto a la zona conurbada del centro del estado de Puebla, los panistas consideran que fue una derrota contundente de los candidatos de Morena y sus aliados.
Sin embargo, esta visión no corresponde con lo ocurrido en el resto del país. De entrada, Morena y sus aliados lograron ganar 11 de las 15 gubernaturas en juego, desplazando al PRI de siete, al PAN de dos y al PRD de su único estado. El PAN refrendó su poder político en Querétaro, y en Chihuahua, Movimiento Ciudadano se adjudicó el triunfo en Nuevo León; pero el PRI no ganó una sola.
En la Cámara de Diputados, donde la derecha empresarial tenía la esperanza de quitarle a Morena la mayoría y lograr que los partidos aliancistas pudiesen frenar la política del presidente López Obrador, la victoria fue pírrica. Lograron, es cierto, quitarle algunas curules a Morena, pero no el objetivo principal; Morena sigue manteniendo la mayoría y, con sus aliados y la cooptación de legisladores de otros partidos, puede legislar a favor de la 4T.
Esto lo ha visto muy claro uno de los principales personajes del PAN: Gustavo Madero, quien en un artículo periodístico ha reconocido:
“Lo que no nos atrevemos a reconocer es que Morena y sus aliados mantienen la mayoría de las curules en la Cámara de Diputados, en el Senado y en las legislaturas locales. La alianza PAN+PRI+PRD sólo logró quitarle 34 de los 218 distritos que obtuvo Morena en 2018. Nuestro objetivo real: ‘Crear una nueva mayoría opositora’, no se logró. Morena sigue siendo mayoría y el partido con mayores preferencias a nivel nacional”.
En el estado de Puebla, los resultados a nivel estatal han aguado la fiesta a los aliancistas de la zona conurbada. De acuerdo con los resultados finales de los cómputos distritales, Morena, PT y PVEM ganaron 15 distritos electorales federales; es decir, como representantes de los poblanos, tendrán 15 diputados federales, en tanto que la alianza Va por México, tendrá solo cuatro.
Además, en cuanto a la diputación local, Morena tendrá mayoría en el Congreso del Estado y ha ganado importantes ayuntamientos, como son: Tehuacán, Atlixco e Izúcar. El PRI se ha ubicado como el gran perdedor de estas elecciones.
La consulta que viene
Estos resultados, sin embargo, deben ser motivo para que los partidos hagan una autoevaluación de su papel en la política nacional y en el futuro de México.
El PRI tiene que considerar si la alianza con el PAN, como parte de la estrategia de la derecha empresarial, ha sido benéfica o perjudicial para el partido. Además de las críticas externas por esta alianza, el partido ha perdido el voto de parte de su militancia y varios líderes se han ido. Ha dado la impresión que tomó a la derecha empresarial y al PAN como muletas para no caer… y, sin embargo, cayó.
Para el PRD, Va por México fue un verdadero salvavidas; sin él no hubiese ni siquiera alcanzado el 3 por ciento de la votación para conservar su registro como partido.
Morena, sin embargo, está obligado a reestructurarse como partido; gran parte de los puestos de elección perdidos, tienen como origen su falta de unidad, de disciplina, de ideología, factores necesarios para lograr una integración que lo haga en verdad un partido fuerte.
No deben olvidar los morenistas que el objetivo de la derecha, a través de Va por México y otras organizaciones civiles es sacar a López Obrador del Palacio Nacional y lucharán para que, en la consulta de revocación de mandato a realizarse el año próximo, salgan triunfadores y obliguen de este modo la renuncia del Presidente de la República. No hay que olvidar la consulta que viene.