Punto de Vista / NicolásDávila Peralta
En el mes de diciembre inició formalmente el proceso electoral de este 2018, en el cual se renovarán los poderes Ejecutivo y Legislativo federales, así como varias gubernaturas, entre ellas la de Puebla, donde también se elegirán alcaldes y diputados locales; sin embargo, varios factores anuncian unas campañas electorales carentes de propuestas y plagadas de lodo.
Desde el despido del fiscal especial para la atención de delitos electorales, sin más causa justificable que la investigación sobre el financiamiento ilegal de la campaña presidencial de 2012, se sembró la sospecha de un posible fraude electoral. A esta sospecha se unió la desconfianza en la imparcialidad de las dos principales instituciones responsables de los comicios: El Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Sobre estas bases endebles se inicia este 2018 el proceso electoral con las precampañas que presuntamente definiría a los candidatos de cada partido, precampañas que deberían estar dirigidas a convencer a los militantes de cada partido. Pero esto no es así, porque las tres coaliciones de partidos tienen ya definidos sus candidatos y no por procesos democráticos; la alianza PRI-PVEM-Panal usó el tradicional “dedazo” priísta; la coalición PAN-PRD-PMC a través de “madruguete” del panista Ricardo Anaya, y Morena-PT-PES, ya tenía candidato desde hace muchos años.
Así pues, las precampañas perdieron su sentido, no habrá militantes que elijan a su candidato y los aspirantes recorren el país solo para cosechar aplausos y atacar a los otros aspirantes. Son, pues, un absurdo que le ha costado al país (léase a quienes pagamos impuestos), según informe del 2 de enero, cinco millones 151 mil 563 pesos, de los cuales José Antonio Meade, el candidato del PRI-PVEM-Panal, ha gastado tres millones 652 mil 237 pesos; Ricardo Anaya, del PAN-PRD-PMC, 842 mil 414 pesos, y 656 mil 912 pesos Andrés Manuel López Obrador, de Morena-PT-PES.
Pero hay algo más serio; el perfil de las precampañas es un indicador de lo que serán las campañas electorales. En este sentido, quien marca la pauta es la alianza PRI-PVEM-Panal que muestra indicios de perfilar su campaña electoral en tres aspectos.
El primero es levantar y posicionar la imagen de su candidato que a pesar del gasto de precampaña no acaba de posicionarse en el electorado. Al ser designado por el “dedo elector” como candidato del PRI y sus adyacentes, la dirigencia priista se encontró con que incluso había militantes para los cuales Meade era un solemne desconocido.
Iniciaron destacando que por primera vez tenían un candidato ciudadano, sin embargo, pronto se enfrentaron a los señalamientos de que su candidato aparecía como culpable del gasolinazo y con un pasado que se remonta hasta el Fobaproa que seguimos pagando todos los mexicanos. Una primera estrategia fue tratar de resaltar la figura de su esposa, con muy poco éxito y muchos memes. Ya veremos que otras estrategias diseñarán en los próximos meses.
El segundo es el control de gran parte de los medios informativos, a través de comunicadores proclives a servir incondicionalmente a los centros de poder, lo mismo publicando y comentando fotografías de la esposa de compras en el supermercado, o del candidato en un transporte aeroportuario para destacar la cercanía de ambos con el pueblo, que en artículos que destacan que Meade va a la cabeza en las encuestas o destacando las virtudes de su esposa. Desgraciadamente, la ciudadanía ha creado mayor conciencia política, lo que resta eficacia al trabajo de estos medios y comunicadores.
Por último, se observa ya que la campaña priista carecerá de propuestas y se orientará a los ataques al candidato que se considera peligroso: el de Morena-PT-PES. Ya lo estamos viendo, en los discursos no solo de Meade, sino principalmente del presidente nacional del partido y de los coordinadores de campaña; se busca desprestigiar a ese candidato ya sea por sus discursos o desprestigiando su gestión como jefe de gobierno del Distrito Federal.
Así pues, si no cambian su estrategia los partidos, nos enfrentaremos a una campaña que será de mucho lodo y ninguna propuesta seria para salir de una crisis que lleva ya más de 30 años.