Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
Las elecciones del domingo 18 de octubre en dos estados del país y en la república de Bolivia, reflejan los retos que representan para los partidos políticos las elecciones de 2021 y el futuro de los intentos de la derecha radical en México de lograr el poder a corto plazo.
En los estados de Coahuila e Hidalgo se realizaron elecciones; en el primero, para renovar el congreso local, y en el segundo para elegir presidentes municipales. En ambos casos, el ganador fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Estos triunfos han generado varias lecturas con miras a las elecciones federales y estatales del próximo año, donde se renovará la Cámara de Diputados a nivel federal, se elegirán 15 gobernadores, 863 diputados de 30 congresos locales y mil 915 presidentes municipales, además de juntas auxiliares en Campeche, sindicaturas en Chihuahua, regidurías en Nayarit y presidencias de comunidades en Tlaxcala.
Muchos consideran los triunfos del PRI como la resurrección del tricolor y un golpe contra Movimiento Regeneración Nacional (Morena); habrá que ver los resultados y compararlos con las elecciones semejantes anteriores.
Este año, en Coahuila, los resultados dieron al PRI casi el 50 por ciento de los votos, en tanto que Morena obtuvo cerca del 20 por ciento y el PAN quedó con 10 puntos, el resto se distribuyó entre los partidos pequeños y las coaliciones.
Sin embargo, en las elecciones a diputados locales en 2017, el PRI obtuvo el 38 por ciento, Morena 12 puntos y el PAN el 36 por ciento. Sin duda, el PRI consolidó la preferencia del voto este año (38-50), Morena avanzó en la preferencia electoral (12-20); pero el PAN se derrumbó (36-10).
En Hidalgo se eligieron presidentes municipales. El PRI se llevó 32 alcaldías, el PAN 5 y Morena 6, una menos que el PRD que ganó en 7. A Morena lo salvan cinco coaliciones para sumar 11 municipios.
En 2016, cuando también hubo elecciones municipales en Hidalgo, el PRI ganó 43 alcaldías, el PAN 27 y Morena 7. Así, aunque el PRI resultó ganador, perdió 11 municipios, Morena solo ganó 7 y el PAN pasó de 27 a solo 5 ayuntamientos.
Con estos datos, sin duda Morena debe pensar en los problemas que enfrentará en 2021; porque ya se vio que le hace falta el factor AMLO. Sin él en las boletas electorales, la votación es menor a su favor. A eso se unen los conflictos internos que han llevado al partido, antes triunfador, a una situación de desestabilización que no le ha permitido consolidarse como una opción electoral.
Esperemos que la elección de Mario Delgado como presidente de Morena signifique el resurgimiento de este partido.
Sin embargo, el gran perdedor en estos dos estados ha sido Acción Nacional; los desatinos de su dirigencia, la mala imagen que le han dado Genaro García Luna y su exmilitante Felipe Calderón, la división a la que llevó al partido el excandidato presidencial Ricardo Anaya, sin duda, han debilitado al PAN.
La lección de Bolivia
El 12 de noviembre de 2019, la vicepresidenta del Senado de Bolivia, Jeanine Añez asumió la presidencia de Bolivia, tras el golpe de estado en contra de Evo Morales. Militante de la derecha confesional, la legisladora entró al Palacio de Gobierno con una Biblia en la mano y proclamando que Dios había vuelto a Bolivia y el demonio había sido expulsado del gobierno.
El 18 de octubre, los bolivianos volvieron a las urnas a elegir presidente. El ganador fue el economista Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, con el 55.1 por ciento de los votos. En segundo lugar, quedó el expresidente Carlos Mesa (28.83%) Fernando Camacho, del grupo gobernante, quedó con 14% de los votos y el ultraderechista y pastor de la Iglesia Presbiteriana Chi Hyun Chung, solo alcanzó 1.55% de la votación.
La lección es muy clara. En 2019, el Movimiento Demócrata Social se proclamó salvador de Bolivia y en nombre de los bolivianos se hizo del poder. Sin embargo, las elecciones del 18 de octubre demostraron que la representación popular la tiene el MAS, en tanto que los golpistas, junto con el coreano-boliviano Chi Hyun, sumaron apenas el 1.55 por ciento de la votación.
Hoy, la extrema derecha representada por Frena, cuya principal expresión son sus “carpas voladoras” en el zócalo de la Ciudad de México, debe aprender de Bolivia. NO puede considerarse representante de TODOS los mexicanos. Los golpes de estado, armados o blandos, no duran en caso de apoderarse del poder; el pueblo siempre tiene la última palabra.