Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
El jueves pasado, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos acordó que para 2023 éste será de 207.44 pesos diarios, lo que representa un aumento del 20 por ciento con relación a este año que está a punto de concluir.
El aumento anual a este parámetro para medir el pago al trabajo ha sido relevante en los últimos tres años, en comparación con los incrementos salariales durante el periodo neoliberal (1988-2018).
Antes de 2017, el salario mínimo se distribuía de acuerdo con una tabla que dividía al país en tres zonas: A, B y C; Puebla pertenecía a la zona C, que correspondía al salario más bajo.
Con base en este parámetro, el salario mínimo en la zona C, el último año de gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado fue de 6 mil 670 pesos antiguos, lo que en la moneda actual correspondería a 6 pesos, 67 centavos.
Para 1989, ya en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el salario mínimo subió a 7 mil 205 pesos (7.25 pesos actuales); al finalizar su sexenio, el salario mínimo en la zona C era de 9 mil 920 (9 pesos, 92 centavos). Con este salario comenzó el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León quien apenas iniciado su gobierno enfrentó la peor crisis económica de la época neoliberal. La economía se derrumbó y la decisión tomada por su gobierno fue la de salvar a los banqueros y empresarios contrayendo una deuda pública que hasta nuestros días seguimos pagando con nuestros impuestos.
El último salario mínimo en pesos antiguos fue el de 1992, por una cantidad de 11 mil 115 pesos (11.11 pesos actuales). En ese año, para hacer frente a la escandalosa devaluación del peso mexicano su gobierno determinó quitarle tres ceros a la moneda, con lo que el salario mínimo para 1993 fue de 12 pesos con cinco centavos. Su sexenio finalizó con un mínimo de 29.70 pesos. Habrá que tomar en cuenta que en 1995 y 1996 tuvo que incrementarse el salario mínimo dos veces en esos años (enero y abril).
Vicente Fox Quezada heredó un salario mínimo de 32.70 pesos y concluyó su sexenio con un aumento a 45 pesos 81 centavos. En seis años, Felipe Calderón incrementó el salario mínimo para concluir en 2012 con 59.98 pesos. Para entonces desapareció la zona C y el salario se igualó con el de la zona B que también desapareció en el gobierno de Enrique Peña Nieto; para 2018, el salario mínimo estaba en 88.36 pesos.
En el actual sexenio, para definir el salario mínimo, México se dividió en una zona fronteriza y el resto del país. El 1° de enero de 2019 este referente salarial pasó de 88.36 a 102.68 pesos para todo el país, a excepción de la zona fronteriza donde el salario fue de 176.72 pesos, lo que presentó un aumento de 16.2%. Este aumento al salario mínimo ha sido constante en estos últimos años, hasta llegar a los 207.44 pesos para 2023.
Sin duda, falta todavía para que los trabajadores, sobre todo los de más bajos salarios, lleguen a un ingreso que les permita una vida digna; sin embargo, estos incrementos son pasos firmes para lograr la meta de salarios dignos para los trabajadores de México.
Para alcaldes irresponsables
El gobernador Miguel Barbosa Huerta ha enviado al Congreso del Estado una iniciativa de reformas al Código Penal del Estado, para castigar a los presidentes municipales que contraten policías sin exámenes de control de confianza. De esta manera, el Ejecutivo estatal busca poner orden en los cuerpos policíacos municipales frente a los hechos delictivos perpetrados recientemente en los municipios de Tulcingo de Valle y Chignahuapan.
La iniciativa propone cárcel para los alcaldes que no cumplan con los requisitos marcados por los lineamientos de Seguridad, por un plazo que va de los tres meses hasta siete años.
Así mismo, se proponen sanciones para los presidentes municipales que no den de baja a los elementos que no cumplan con los requisitos de confianza, conforme a lo dispuesto por la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Parte de los problemas de inseguridad en el estado, sobre todo en el sur de la entidad, se debe a la contratación de personal que no solo carece de capacidad y confianza para ejercer el cargo, sino -muchas veces- elementos que están coludidos con bandas delincuenciales.
De ser aprobada la iniciativa en el Congreso del Estado, los alcaldes tendrán más cuidado en designar a sus directores de Seguridad y a los elementos de sus cuerpos policíacos.