Por: Nicolás Dávila Peralta
Un 1954, en la llamada Conferencia de Ginebra, los franceses se retiraron de Indochina y se acordó dividir Vietnam en dos Repúblicas, la del sur, capitalista y la del norte, comunista. Al violar los acuerdos, Vietnam del Sur y los comunistas del Norte iniciaron la guerra para unificar el país. Ahí es donde, en el contexto de la Guerra Fría, Estados Unidos decidió intervenir en 1955 en una guerra que duró 20 años, al final de los cuales, se vio obligado a retirarse y ceder la unificación del país bajo la bandera comunista. Fue una derrota histórica de los estadounidenses en una guerra que costó decenas de miles de bajas y la rebelión de la juventud de ese país.
El 19 de septiembre de 2001, Estados Unidos sufrió el peor atentado terrorista en el corazón económico y de seguridad nacional del país: dos aviones destruyeron la Torres Gemelas de Nueva York, otro más se impactó en el Pentágono y otro fue derribado por los mismos pasajeros, antes de impactarse contra la Casa Blanca. Estos atentados fueron el inicio de la invasión estadounidense a Afganistán, a fin de combatir al grupo terrorista Al-Kaeda y a los talibanes, hasta entonces en el gobierno de aquél país.
Este 2021, concluyó la retirada de las tropas estadounidenses de ese país de Medio Oriente y el 15 de agosto, tras una débil resistencia del ejército afgano, los talibanes volvieron al poder. Frente a la eminente derrota, Estados Unidos se apresuró a sacar del país a sus ciudadanos; Afganistán es un caos, miles de personas huyen de los talibanes, sobre todo quienes formaron parte o cooperaron con el gobierno derrocado y con las tropas y compañías de los Estados Unidos.
Durante estos veinte años, de acuerdo con datos de la agencia de información Associated Press (AP), esta guerra costó la vida a dos mil 448 soldados estadounidenses, a tres mil 846 civiles del mismo país y a 72 periodistas, sin contar las bajas de los aliados de otros países y de soldados afganos.
Dos fechas: 1975 y 2021, dos guerras: Vietnam y Afganistán, dos enemigos triunfadores: los comunistas del Vietcong y los fundamentalistas islámicos talibanes, dos derrotas para el país más poderoso del mundo, cuyas repercusiones son ya preocupantes en el campo de las acciones terroristas posibles en grupos que tienen una interpretación rigurosa del Corán; pero sobre todo para los derechos de las mujeres afganas a quienes el fundamentalismo islámico margina y reprime.
Mexicanos en la guerra
En estos 20 años de acción del ejército de los Estados Unidos en Afganistán, participaron no solo ciudadanos estadounidenses por nacimiento, sino también migrantes de varios países que llegaron al país del norte siendo pequeños. Es el caso de los mexicanos que cumplieron durante esa guerra su servicio militar.
El saldo, según lo reporta el sitio web de noticias AS México (https://mexico.as.com/mexico/2021/08/17/actualidad/1629212498_880103.html), fue de 45 mexicanos muertos en combate en las dos etapas de la guerra: 39 en la operación “Libertad duradera”, diseñada por el gobierno de George Bush Jr, de 2001 a 2014, y seis en la operación “Centinela de la Libertad”, que fue la estrategia del gobierno de Barak Obama (2015-2021).
Asimismo, los soldados de origen mexicano que resultaron heridos durante estos 20 años fueron 345. Esta fue la aportación de los migrantes en la invasión, operaciones y derrota de los Estados Unidos en Afganistán.
El mercado de las armas
El 4 de agosto, el gobierno mexicano presentó una demanda ante una Corte Federal en Boston, Estados Unidos, en contra de 11 compañías productoras y distribuidoras de armas, a las cuales acusa de promover prácticas comerciales que facilitan el tráfico ilegal de armas a México.
El viernes, la demanda fue aceptada por la corte, según informó el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón. En la demanda se pide una reparación económica por el costo en México del trasiego de armas, hasta por diez mil millones de dólares.
Más allá del resultado que tenga esta demanda, el gobierno mexicano presenta ante una corte federal estadounidense el problema del tráfico de armas, cuyos principales beneficiarios son los cárteles de la droga y otros grupos de la delincuencia que han agravado el problema de la inseguridad en nuestro país, un tráfico de armas que, aunque preocupante para gobiernos anteriores, es la primera vez que México recurre a las instituciones judiciales de Estados Unidos para actuar en contra de esta práctica que tanto daño hace a México.