Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
No con la velocidad que se quisiera, pero la población va tomando conciencia del peligro de contagio frente a la pandemia provocada en todo el mundo por el coronavirus Covid-19; más personas que pueden quedarse en casa lo están haciendo y muchos, también, están ayudando a quienes por su actividad económica o su fragilidad económica o de edad requieren la solidaridad de los demás.
Asimismo, se empieza a manifestar la preocupación por aquéllos que han perdido injustamente su trabajo, han sido despedidos sin un centavo de indemnización o se encuentran en paro sin salario; lo mismo que los pequeños comerciantes y vendedores ambulantes que han visto reducidos sus ingresos.
Conciencia ante la crisis de salud y solidaridad frente a la crisis económica, son las dos actitudes que hay que reconocer en muchos mexicanos.
Sin embargo, frente a esta realidad se ha revelado el otro México, el de la ignorancia, el egoísmo, la ambición política y la mentira.
El México de la ignorancia se revela en los ataques que han sufrido médicos, enfermeros y enfermeras, personal de servicio de los hospitales, que han sido víctimas de agresiones y discriminación por el error de ser considerados portadores del virus Covid-19, cuando en realidad deben ser reconocidos como los combatientes que están en primera línea frente a la amenaza de salud.
Pero lo más escandaloso es la forma en que opositores al actual gobierno buscan influir en la población menos informada para sus fines de ambición política, sustentados en la mentira y la manipulación de la información.
Es triste que cuando la población merece estar bien informada para tomar las precauciones necesarias y para fortalecer la solidaridad en estos tiempos de crisis, haya políticos, empresarios, periodistas y hasta personajes de la farándula, empecinados en crear incertidumbre, miedo, incluso odio hacia las actuales autoridades, escudados en la crisis de salud y económica que vivimos no solo los mexicanos, sino todos los habitantes del planeta Tierra.
Cuando no es una periodista que difunde la imagen de un presunto médico muerto por Covid-19 que resulta ser un fotomotaje de un artista porno, es un cómico que difunde el mensaje de un médico creado por su imaginación para pedir al público que done material de protección y da como dirección para entregarlo una casa abandonada.
Un medio periodístico del norte del país, muestra fotos de cadáveres en Ecuador e informa que así está de terrible el Covid-19 en México, mientras otro cabecea a ocho columnas: “Derrocha AMLO 511 mdp en estadio”, distorsionando la información de una transacción concretada en febrero y cuyos recursos serán utilizados para enfrentar la pandemia en Sonora y apoyar las pensiones del ISSSTE; y así, día a día en las redes sociales aparecen mensajes con noticias falsas.
Pero lo que más se difunde, aparte de estas noticias falsas, son los mensajes creados por algún político que añora la silla presidencial, para crear descontento social o infundir miedo en los usuarios de redes sociales, con el único fin de promover su imagen y su naciente partido, tomando la emergencia sanitaria como instrumento para su ambición política.
¡Vamos!, Las campañas de desinformación llegan al punto de crear un mensaje y difundirlo en twitter por diferentes usuarios; siempre el mismo mensaje, sin cambiar una sola letra, centrado en una frase: “no había respiradores adecuados. ES CULPA DEL ESTADO”. De ese tamaño son los bots.
Todo esto no es casual, tampoco son fruto de acciones aisladas, sino una estrategia muy bien planeada en la que, como señalé al principio de este comentario, confluyen partidos de derecha, empresarios, un expresidente y comunicadores afines a ellos, para presentar al gobierno como incapaz de enfrentar la realidad e inducir a la opinión pública a pedir la renuncia del titular del Poder Ejecutivo, precisamente cuando el país requiere unidad, solidaridad y generosidad.