Opinión Libre/ Hipólito Contreras
De aquí para adelante habrá dos meses de campañas políticas de los diferentes candidatos y partidos, terminan tres días antes de la elección del primero de julio, pero ¿para qué tanta campaña?
No tengo el dato exacto de cuánto costarán en global las campañas en Puebla y en todo el país, pero son miles y miles de millones de pesos, recursos que salen de todos los mexicanos que pagamos impuestos, de los cuales nadie se salva de no pagarlos, hasta los niños y los abuelitos los pagan.
Es mucho, pero mucho dinero lo que cuestan las campañas políticas. En un país de 70 o de 80 millones de pobres, se tiran miles de millones de pesos para que los señores candidatos nos digan sus promesas y propuestas que por lo general no cumplen.
Los miles de millones de pesos que se gastan se quedan en el sector privado, en los medios de comunicación, sobre todo los electrónicos, que hacen su agosto mediante jugosos convenios de publicidad, otra parte se queda en las empresas que colocan espectaculares, las que pintan bardas, las que venden playeras, gorras y un montón de cosas, también en los hoteles y restaurantes, cuyos servicios son solicitados por los partidos y candidatos.
Pero al pueblo de México, ¿qué le queda de estas campañas? No le queda nada, no le quedan más que promesas, tortas, refrescos, gorras y playeras, utensilios de plástico y uno que otro regalito de 20 pesos, no más.
Sí, efectivamente, en México como en el mundo hay elecciones con frecuencia para elegir autoridades, se dice que en las democracias hay elecciones, en las dictaduras no.
Se hizo famosa la frase del escritor peruano Mario Vargas Llosa quien dijo que en México existe la dictadura perfecta porque hay elecciones cada tres años, aunque los triunfadores son siempre los mismos. Esto lo dijo cuando el PRI era el único partido que dominaba el país, quizás hoy diga lo mismo porque hoy son dos partidos los dominantes.
Hoy en esta elección entra un tercer partido en juego, y por lo menos ya son tres fuerzas políticas las que compiten, pero y ¿si otra vez repiten la dosis del 2012 cuando al mismo personaje dicen que le ganaron la elección?
Desde 1970 nada ha cambiando en este país, han pasado 7 elecciones presidenciales, muchas para elegir diputados, senadores, gobernadores y presidentes municipales, pero nada ha cambiado, corrijo, el país mucho ha cambiado, porque hoy hay más pobres, más muertos por la violencia, hoy se asesina a más mujeres, hay más corrupción, hay más jóvenes que no ingresan a las universidades, hoy hay más niños en las calles, hay más mexicanos que abandonan el país en busca de oportunidades, en ese sentido el país ha cambiado.
Si nada va a cambiar, si todo va a seguir igual o peor, ¿para qué sirven las elecciones? Si los que controlan el país van a seguir ahí a cualquier precio, de nada sirven las elecciones.
Las elecciones van a servir cuando el pueblo de México salga ganando, cuando después de respetar los votos los triunfadores cumplan, trabajen para el pueblo de México, administren bien los impuestos y hagan cosas buenas, generen desarrollo, acaben con la pobreza y que en general este país avance y destaque en el mundo por su buen gobierno.
Pero si todo va a seguir como está, si los dueños del poder se van a seguir despachando con la cuchara grande, sin van a imponer sus leyes y sus políticas, pues de nada servirá tanto escándalo y tanto dinero derrochado para que todo siga igual.
Lo cierto es que el pueblo de México responderá en esta elección, y pese al poco interés de muchos, desilusionados por todo, no se descarta que un 70 por ciento de los ciudadanos vaya a las urnas, confiados de que ahora las cosas cambiarán por fin.
Si después de esta elección las cosas no cambian, si la gasolina por ejemplo tenga un precio de 25 pesos el litro en poco tiempo, si los productos de la canasta básica siguen al alza, si lo salarios mínimos siguen igual o aumentan solo dos pesos por año, si la violencia sigue creciendo, si los pobres siguen aumentando, si los políticos de primer nivel se siguen llevando hasta 400 mil pesos mensuales, más sus jugosas prestaciones; si se siguen pagando pensiones millonarias a los expresidentes, si el narco sigue dominando, si la corrupción sigue, si el daño al medio ambiente continúa, es muy probable que ésta sea la última elección en este país, porque se demostrará que por la vía del voto nada cambiará.
Se espera que esta elección sirva para que se cambie de tajo todo, que se limpie el país de tanta basura, que se respeten los puntos fundamentales de la Constitución y que solo se le hagan agregados para mejorarla y actualizarla.