Hipólito Contreras / Opinión Libre
Ante la agresividad de la llamada tercera ola de la pandemia COVID-19, la que ha colocado nuevamente al país en semáforo naranja, surge la preocupación por el eventual regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto como lo ha señalado el gobierno federal y la Secretaría de Educación Pública.
Habíamos dicho en este espacio que el debilitamiento de la pandemia en semanas pasadas hacia viable el regreso a clases tomando las medidas necesarias, hoy las condiciones han cambiado, la llamada tercera ola se presenta más agresiva con el crecimiento de los contagios y los fallecimientos, esto lleva nuevamente a replantarse nuevamente el regreso a clases.
Se supone que un regreso masivo a clase sólo sería posible cuando la pandemia muestre un claro retroceso, es decir, una importante reducción de contagios y decesos, una pandemia en evidente retirada, y entonces, sí habría condiciones para el regreso a clases tomando las medidas correspondientes.
Esas condiciones no existen hoy, aun se observa agresividad del virus, por lo que mandar los niños y los jóvenes a sus escuelas representa un riesgo, un alto riesgo.
En forma masiva no se puede el regreso a clases presenciales porque con toda seguridad habría contagios y eso no lo desea nadie, menos los padres de familia, los que preferirán tener a sus hijos en sus casas y no exponerlos.
Regreso normal a clases hasta que existan las condiciones, hasta que todos los estados regresen a semáforo amarillo o verde ¿cuándo? No se sabe, si todos nos cuidamos, si se dejan de hacer fiestas y reuniones, si se prohíben los tianguis y mercados, si el gobierno ayuda para que todos fortalezcamos nuestras defensas, es probable que en seis meses ya existan condiciones para el regreso.
Habría que ver qué pasaría si se pone en marcha un inteligente proyecto para un regreso a clases controlado, bien estudiado y con una serie de medidas para proteger a estudiantes, maestros y padres de familia.
Podría ser que haya tres turnos en cada escuela y que cada uno sea de 3 horas, que a cada salón entre sólo el 30 por ciento, de los alumnos, al final de los tres turnos todos entrarían a recibir sus clases, la permanencia de los alumnos sería de solo tres horas, por supuesto, todos con cubrebocas, su gel antibacterial y toma de temperatura.
En este proyecto todos los maestros estarán vacunados y no se sabe hasta dónde el gobierno puede vacunar a niños y jóvenes, en este caso había que saber en qué rango de edad la vacuna no es recomendable, que lo digan los expertos y especialistas, que no sea decisión del gobierno, sino recomendación de los expertos.
Lo que es un hecho hoy es que aún no hay condiciones para un regreso normal a clases, la agresividad del virus así lo señala.