Opinión Libre / Hipólito Conteras
En un mundo cada vez más poblado se requiere fuentes de energía en mayor volumen para satisfacer la creciente demanda, esto va en contra de los recursos naturales, los que son explotados de manera más rápida.
Como la población crece cada año con aproximadamente 90 millones de personas en el mundo, se tiene que producir más energía, más gasolina, más alimentos, extraer más agua, más todo.
El modelo económico que tenemos en México y en la mayor parte del mundo estimula el crecimiento demográfico, para el modelo entre más gente exista más negocios hace, por ejemplo las grandes empresas hacen negocios en México porque hay más de 125 millones de consumidores.
Vender agua embotellada y refrescos por ejemplo, es uno de los grandes negocios para las empresas en México, por eso ya se apropian de zonas ricas en agua, mediante engaños, sobornos a las autoridades municipales, las empresas logran grandes concesiones de explotación del agua.
El gobierno federal a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, otorga las concesiones a las empresas para la explotación de recursos, construcción de hidroeléctricas, mineras, cementeras, etcetera.
Así, el estado de Puebla y todo el país está lleno de concesiones, gran parte de México está concesionado a las empresas, sobre todo extranjeras.
Las empresas que reciben estas concesiones no vienen a invertir para generar beneficios a la población y al país, vienen a hacer grandes negocios a costa de los recursos del país, y cuando los agotan se van a buscar otros lugares en el mundo.
Cuando uno de estos mega proyectos se ponen en marcha los daños son grandes, diversos, no sólo se afecta al medio ambiente sino a las comunidades, las que pierden territorio, recursos, sobre todo agua, las mismas se dividen por los intereses económicos, autoridades, líderes, que reciben recursos de parte de las empresas para que les faciliten las cosas,
Veamos por ejemplo lo que sucede cuando se construye una hidroeléctrica para generar electricidad, son derribadas cientos de hectáreas de bosque, lo que representa un gran daño a especies animales y vegetales, se afecta el equilibrio ecológico, la naturaleza que estaba cumpliendo su ciclo el mismo se ve interrumpido por un proyecto empresarial, ya nada será como antes.
Lo mismo pasa cuando se instala una minera, una cementera, una empresa automotriz, elementos extraños llegan a una región e interrumpen la estabilidad y equilibrio que prevalecía, la tranquilidad de las comunidades.
Veamos por ejemplo lo que provocó el asentamiento de la empresa AUDI en el municipio de San José Chiapa, para empezar más de dos mil hectáreas de tierras agrícolas fueron aniquiladas, las tierras ya no producirán alimentos sino autos, la flora y la fauna fueron eliminados de raíz, cientos de ejidatarios y pequeños propietarios fueron expulsados, el agua de la región será absorbida por el consorcio automotriz alemán.
AUDI no generó beneficios en la región, generó perjuicios, daños en la ecología, en las comunidades, generó conflictos en los municipios cuya autonomía fue violada con el llamado proyecto de Ciudad Modelo.
Con el asentamiento de la armadora de autos San José Chiapa dejó de ser un pequeño municipio rural dedicado a la agricultura, hoy es una zona urbana que crecerá en muchos miles de habitantes en los próximos años.
Eso es lo que provocó AUDI en San José Chiapa, y por supuesto la empresa alemana se asentó ahí con el permiso del gobierno federal, estatal y municipal, con mil 300 millones de dólares la empresa compró todo, se hizo de un territorio de más de dos hectáreas y se adueñó de toda el agua de la región, los campesinos no tenían permisos para perforar pozos, la empresa alemana sí, podrá perforar todos los que quiera, por cada auto que produce necesita más de 500 mil litros de agua.
Con las reformas a la Constitución el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales pueden otorgar concesiones, permisos de construcción, cambios de uso de suelo a las empresas que aseguran van a generar empleos, lo que la final no cumplen.
Las instituciones que se supone están para proteger el medio ambiente, hacen lo contrario al otorgar concesiones a empresas que vienen a dañar el medio ambiente y apropiarse del agua superficial y del subsuelo.
¿Cómo es posible que esas instituciones aprueben eso que se llama impacto ambiental a las empresas aun sabiendo que van a dañar los recursos naturales? Si lo aprueban es porque las empresas pagan, o sea, se les autoriza dañar el medio ambiente a cambio de recursos económicos.
Se dice que las mineras causan un enorme daño al agua pues utilizan sistemas de rompimiento de rocas para lo que usan grandes cantidades de agua y elementos químicos contaminantes con lo que dañan el agua del subsuelo, esto lo saben las autoridades federales, estatales y municipales, pero lo toleran porque son grandes empresas extranjeras.
Las instituciones ya no cuidan ni protegen los recursos, hacen todo lo contrario, no están al servicio del país sino de las enormes compañías extranjeras.
Ante todo esto ¿qué hacen las organizaciones sociales, los mismos pueblos afectados? Pues hacen muchas cosas, se rebelan, realizan movimientos, protestas, marchas, denuncias públicas y legales.
Sin embargo, esto no ha frenado el desarrollo de esos proyectos, siguen su marcha, el gobierno no hace caso a las protestas, más bien las rechaza, y persigue a dirigentes, protege a las empresas.
Lo que queda es que los pueblos y las comunidades se organicen y se defiendan como puedan, no hay de otra, el sistema, las leyes, no están a su favor, la movilización es el único camino que les queda, y aun así algunos líderes les fallan, les llegan al precio y venden los movimientos.