Dr. Melitón Lozano Pérez
El 19 de julio de 2011 en la Organización de las Naciones Unidas aprobó sin oposición alguna, una resolución (A/ RES/65/309) -patrocinada por Bután- en la que se reconocía la búsqueda de la felicidad como un objetivo humano fundamental del ser humano.
En esta resolución se invitaba a los Estados miembros, a promover políticas públicas que tuvieran presente la importancia de la felicidad y del bienestar general de la ciudadanía.
Titulada: “La felicidad: hacia un enfoque holístico del desarrollo”, la ONU reconoció a la felicidad como “un objetivo y aspiración universal” que se habría de potenciar porque es, además, “la manifestación del espíritu de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”.
Objetivos que, por cierto, el gobierno del estado, que encabeza el gobernador Miguel Barbosa Huerta, tiene como ejes rectores y difunde de manera permanente.
Es ésta, una ocasión oportuna para reconocer el esfuerzo de la Secretaría de Finanzas por celebrar año con año, la “semana del desarrollo sostenible”: un espacio de diálogo en que actores estatales, nacionales e internacionales, compartimos una serie de reflexiones en torno a los alcances, pero también a los retos que tan importante agenda nos establece.
En lo particular, he venido sosteniendo en diferentes partes de la entidad poblana que el anhelo de felicidad es común a todo ser humano, pero también, que sólo podemos alcanzarla si estamos integrados en una sociedad más justa que nos permita desarrollar nuestras posibilidades, es decir, alcanzar la felicidad política.
Y es que, si desplegamos una mirada panorámica a la historia humana, nos daremos cuenta que la inteligencia ha creado el Derecho para librarse de la ley del más fuerte, y las normas morales y éticas para dirigir la conducta y organizar la convivencia; pero, además, sobre la identidad biológica recibida, ha dado forma a una nueva posibilidad absolutamente maravillosa: la de constituirnos como especie dotada de dignidad, es decir, de derechos intrínsecos por el mero hecho de nacer y ser seres humanos.
En este sentido, conciliar ambas metas; la personal y la social ha sido el gran logro de la inteligencia creadora.
Si lo anterior resulta profundamente alentador, también la misma historia nos demuestra que el mundo occidental que habitamos, se instala recurrentemente en la comodidad de sus derechos adquiridos y olvida que éste es un proyecto inconcluso e inacabado que se ha de continuar realizando, manteniendo y ampliando.
Olvidamos también que las luchas de ayer, son justamente los derechos de hoy y que las luchas de hoy serán justamente los derechos de mañana.
Por eso es necesario recordar con cuánto esfuerzo y dolor se han alcanzado los derechos de los que disfrutamos actualmente, y a su vez la precariedad y el alcance limitado de lo conseguido hasta ahora.
De ahí la importancia de la memoria histórica, ya que, como menciona el poeta Bertrold Bretch: “sólo los pueblos con conciencia, son los pueblos que tienen esperanza”.
En el marco de esta reflexión, es de vital importancia recuperar el papel de los sujetos colectivos en la vida democrática de nuestro país, la cual siempre se enriquece en la medida que exista una pluralidad política definida por sus diferentes actores en sus marcos programáticos y de principios conforme al ideal y la aspiración de país que se desea construir.
Me refiero en este caso, a la importancia de los partidos políticos en México y en concreto, a la importancia de la visión que exista en Morena como partido político conforme a sus desafíos y responsabilidades para con el pueblo de México en esta Cuarta Transformación de la Vida Pública.
A propósito de ello y de la búsqueda de la felicidad colectiva, resulta fundamental referir que hace poco se llevó a cabo El Tercer Congreso Nacional Ordinario de Morena, respecto al cual me permito compartir 4 grandes ámbitos sobre los cuales, morena en tanto un partido movimiento de mujeres y hombres libres que representan al pueblo organizado, ha de articular, si es que desea y aspira a concretar en el proyecto de felicidad colectiva.
- El primer ámbito tiene que ver al comprender a Morena como gobierno. En el entendido que se gobierna para todos los mexicanos. Pobres y ricos, empresarios, campesinos y amas de casa.
- El segundo ámbito que el partido ha de cuidar, es comprenderse como fracción parlamentaria. En ese sentido, el partido ha de responder a su contrato electoral con el pueblo, es decir, sus electores, pero también al contrato establecido con el programa y los principios de su partido.
- El tercer ámbito si se desea lograr una felicidad colectiva es comprender a morena como partido político. En este sentido, el partido ha de dialogar con el grupo parlamentario y ser a su vez referente del programa del partido a la vez que mantener permanentemente un pie en la sociedad civil.
- Finalmente, el cuarto ámbito que morena ha de cuidar es entenderse como pueblo organizado. Es decir, el movimiento ha de aprender a ser como la luz; a momentos onda expansiva y también en algunos momentos como partícula.
Menciono todo lo anterior, porque es importante reconocer que cada ámbito tiene sus lógicas propias. Por ello como refiere el gobernador Miguel Barbosa, los partidos han de ser críticos, pero también sostén del gobierno. Construyendo conciencia en la calle. Ser, como el cerebro humano que actúa de manera autoorganizada a través de sus 80 millones de sinapsis.
El movimiento en esencia ha de escuchar al pueblo para llevar a sus adentros institucionales estas voces y desde los adentros institucionales regresarlos a las calles transformados en políticas y programas de gobierno.
¡La democracia requiere esfuerzos, pero en ese esfuerzo nos crece la conciencia!
Sigamos construyendo en consecuencia desde la izquierda, siendo movimiento anclado a nuestra realidad, dispuestos a transformarla en pos de la felicidad colectiva.