Un factor que funciona como un termómetro para medir el funcionamiento de un gobierno es el tema de la seguridad, es un indicador claro si las cosas marchan bien o mal.
Cuando en el estado de Michoacán hace dos o tres años surgieron los famosos grupos de autodefensa, era un indicador de que la sociedad ya no encontraba solución a sus problemas, las políticas de gobierno ya no funcionaban, la inseguridad creció, la gente, los ciudadanos tuvieron que armarse para defenderse, no les quedaba otra alternativa, el gobierno ya no era capaz de nada.
Cuando un gobierno funciona, cuando toda la estructura gubernamental opera bien, cuando hay inversiones para el campo, la salud, la educación, la cultura, el deporte, etcétera, se refleja en la estabilidad social y económica, de una u otra forma a los bolsillos de las familias llegan recursos con los cuales compran lo básico, pagan impuestos, servicios, la escuela, entre otros gastos.
Un gobierno funciona bien cuando cada uno de los sectores de la sociedad están trabajando: el educativo, el campo, la salud, la iniciativa privada, el comercio, la industria, las universidades públicas y privadas.
Se trata de que todo el conjunto de la sociedad esté trabajando, que todos los niños y jóvenes estén estudiando, que en el campo los miles de hombres y mujeres estén trabajando, produciendo, comercializando y transformando.
Cuando todo el mundo está ocupado y el gobierno lleva una buena dirección, hay estabilidad social y económica, los delitos bajan, la delincuencia disminuye.
En los países desarrollados y con los mejores sistemas de gobierno la delincuencia casi no existe, no hay motivos para delinquir, pues todos, o la gran mayoría, está trabajando en los hogares, hay recursos para vivir, para adquirir lo necesario.
En México, no está sucediendo esto, para nada, el gobierno no está funcionando como debe ser, cada uno de los sectores de la sociedad no se sienten protegidos por el sistema gobierno, la corrupción hace que las cosas funcionen mal.
Esta situación de poca efectividad gubernamental hace que la inseguridad crezca, que la delincuencia se multiplique cada día, que se pierdan valores y principios, es una sociedad a la deriva en la que cada quien se defiende como puede.
Se ve obra pública, hospitales, escuelas, carreteras, autopistas, puentes, distribuidores, maquinaria, equipos, sí, está bien, pero es obra inflada en su precio, el pueblo de México pagó mucho y los beneficios no se ven claros, algunos grupos se beneficiaron con los altos costos de las obras.
El gobierno desatiende otras áreas por haber hecho por ejemplo, un segundo piso de autopista que costó el doble de lo normal, obra no prioritaria, ni urgente.
El gobierno federal, los gobiernos estatales, están gastando mucho dinero en obras suntuosas, gasta mucho en armas, en policías, en patrullas, en equipos, en arcos de seguridad, en aviones, en helicópteros, en todo eso quizá gasta el 40 por ciento del presupuesto, mucho gasto en seguridad para que haya más inseguridad.
El gobierno gasta menos en infraestructura agropecuaria, en salud, en educación pública, en alimentación, generación de empleos, en deporte, cultura, capacitación, atención a los grupos indígenas, en crear y reformar leyes de protección para beneficio de todos.
Como el gobierno gasta más en otras cosas y no en las que generan beneficio a las mayorías, se genera la inseguridad, como no hay estabilidad económica y social, viene la delincuencia, los estados y las regiones, se convierten en tierra de nadie, en tierra que controlan los grupos delictivos.
En el estado y el país hay sectores privilegiados, grupos de mucho poder económico, los que viven en exclusivos fraccionamientos, grupos que tienen muchas propiedades en México y el extranjero, mientras la mayor parte de la población vive con cuatro o cinco salarios o menos, hay millones de mexicanos que viven con tres o dos salarios mínimos.
A esto se llama desigualdad social y económica, el gobierno no funciona, no hace lo que tiene que hacer un buen gobierno, la inseguridad se le viene encima, mucha sangre en el país, mucha delincuencia, mucha corrupción en las autoridades, el país está a la deriva, sin control.
Un buen gobierno no tiene este nivel de delincuencia que tiene México y Puebla, un buen gobierno hace todo lo posible porque la economía funcione, porque todos trabajen y produzcan, todos coman y vistan, todos tengan vivienda, porque todos trabajen y estudien, porque todos se prevengan y se curen en instituciones del Estado, ese buen gobierno tendrá una sociedad más feliz y tranquila.
De nada sirve que en los medios de información se diga todo lo que hace el gobierno, obras por aquí, obras por allá, discursos, reglamentos, reformas, sanciones, si la situación es cada vez más complicada, si los ciudadanos se organizan ya para cuidarse, dejaron de confiar en sus autoridades.
La inseguridad creciente en Puebla y el país, es un claro indicador de que el gobierno no está funcionando.
De qué sirven los grandes presupuestos de muchos cientos de miles de millones de pesos, si no se reflejan en la estabilidad social y económica de los ciudadanos, tanto dinero bien aplicado debe servir para que la gente viva mejor, no para que unos pocos se den vida de reyes y príncipes.