Los humanos y sus gobiernos no están vacunados contra las guerras, de modo que el peligro es latente, el ser humano lleva en sus genes la violencia, desde que apareció en el planeta hace millones de años ha demostrado esa característica agresiva.
Hace muchos miles de años los seres humanos peleaban con piedras, palos y otros objetos; hoy pelean con misiles intercontinentales y controlados desde un centro de mando, con bombas muy superiores a las usadas en la Segunda Guerra Mundial, con armas químicas letales, con ultramodernos aviones de combate. Los primeros seres humanos y los actuales siguen peleando, no se les ha quitado esa característica, y parece que no se les quitará porque la llevan dentro.
Si nos vamos a las primeras civilizaciones antes de Cristo, notamos que ya había guerras en Europa, en Medio Oriente. en China, en otras partes del planeta. Hoy en el siglo XXI, en el siglo de las modernas comunicaciones y desarrollo tecnológico, las guerras siguen, la más reciente y cruel es la de Siria, en el Medio Oriente. ¿Qué pelean? Pues quien sabe qué pelean pero llevan años en una guerra absurda entre sirios en la que han muerto miles de seres humanos, entre ellos mujeres, niños y civiles, ajenos al conflicto.
Esa parte del mundo siempre ha estado en conflicto, en esa región no ha habido paz desde hace siglos, los gobiernos están en constantes conflictos.
El ser humano actual, la civilización humana del siglo XXI, se sigue preparando para pelear, todos los países, los desarrollados y no desarrollados, tienen un ejército y armas, los países más avanzados tienen armas letales, sofisticadas armas capaces de destruir al enemigo a cientos y miles de kilómetros de distancia.
Los países avanzados no dejan de investigar para crear armas mucho más poderosas y destructivas, para lo que gastan cientos de miles de millones de dólares o de cualquier otra moneda, esto hacen mientras millones de personas tienen hambre en el mundo.
La de 1945 no fue la última guerra de los humanos, todos deseamos que haya sido la última, pero lamentablemente es posible que no lo sea por lo que está ocurriendo, el peligro de una guerra más, está latente.
Todo lo que ha sucedido y sucede en la guerra de Siria hace pensar en ese temor, pero también lo que ocurre en el Pacífico, en Corea del norte y del Sur.
Hay vientos de guerra en el mundo, vientos que huelen a enfrentamientos, ojalá sólo fueran conflictos regionales, pero no, hoy las grandes potencias intervienen apoyando cada quien a sus intereses y advirtiendo que no permitirán una nueva agresión a Siria porque contestarán.
Han pasado 72 años desde que se creó la Organización de las Naciones Unidas con lo que se puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Hoy aparecen en la historia de la humanidad los terribles sucesos en Europa del este, los campos de exterminio, las locuras de Hitler y las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945.
Son hechos de los que la humanidad y los gobiernos dicen que no pueden ni deben repetirse, pero ¿Quién garantiza que ya no se repetirán? Los países siguen trabajando para desarrollar armas más letales y destructivas, y no sólo eso, siguen amenazando con intervenir si afectan sus intereses.
Todos los países tienen sus ejércitos y armas, dicen estar listos para defenderse de un enemigo invisible.
El fantasma de la guerra sigue presente, no se ven indicios de que no sea así, los tiempos de guerra continuarán por tiempo indeterminado.
La llegada de Donald Trump al gobierno de los Estados Unidos vino a calentar más el ambiente de guerra, por todas las declaraciones y acciones que ha hecho parece ser un nuevo Hitler.
Si en este siglo XXI, el siglo del desarrollo tecnológico nunca antes visto, los humanos, los gobiernos, las naciones desarrolladas, vuelven a pelear como hace 72 años, y si hacen uso de sus armas letales, quizás sea la última guerra porque es probable que acaben con todo, con la vida misma.
En una guerra de magnitudes mucho mayores a las de 1945, es probable que queden algunos sobrevivientes, pero no tendrán nada para seguir viviendo porque todo o casi todo estará destruido, no habrá agua, ni alimentos y el oxígeno estará enrarecido.
Ojalá y nunca ocurra esto porque en una conflagración de este nivel no habría vencedores sino vencidos, nadie habrá ganado, todos habrán perdido.
Es deseable que el asunto de Siria se resuelva y que las grandes potencias se pongan de acuerdo para lograr la paz en esa parte del mundo.
Es deseable que en este siglo los seres humanos y sus gobiernos hagan todo lo posible para iniciar una era de paz y desarrollo que nos lleve a la estabilidad en todos los sectores.
Es deseable que esta civilización logre ponerse de acuerdo para enterrar para siempre los intentos de guerra y se dedique a resolver los grandes problemas del mundo como son el cambio climático, la contaminación del agua, los mares, el aire, el suelo, el desordenado crecimiento demográfico, la producción de alimentos, inseguridad, extinción de especies, enfermedades, pobreza, etc.
Vamos a ser optimistas y pensar que así será y que un futuro maravilloso espera a las nuevas generaciones.
El ser humano de hoy tiene que demostrar que es muy superior a los que pelearon de 1939 a 1945, y que tiene la capacidad de entrar en un periodo de paz y que toda la ciencia y desarrollo tecnológico será para beneficio del planeta y de la vida.
¿Será posible?