Del total de agua en el planeta sólo el 2 por ciento es dulce, para consumo humano, y de ese 2 por ciento, el uno por ciento se ubica en las regiones polares (que se están derritiendo por el calentamiento global).
De ese uno por ciento de agua en los ríos del mundo, en el subsuelo, y en otros cuerpos de agua, gran parte está contaminada por la actividad humana cada vez mayor por el excesivo crecimiento demográfico, de modo que no es mucha el agua disponible.
Hay países que tienen más agua que otros, pero en todos lados el vital líquido está siendo contaminado, el crecimiento demográfico no sólo consume más agua sino que la contamina más.
Las mega ciudades, las metrópolis, como las de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, consumen grandes cantidades de agua, pero también la contaminan, la desperdician; las llamadas plantas de tratamiento no tratan ni el 30 por ciento de las aguas residuales, es así como los ríos, reciben aguas residuales y que al final llegan al mar contaminando los océanos.
Ese uno por ciento de agua dulce en México y el mundo está siendo contaminado en un alto porcentaje. Los grandes, medianos y pequeños ríos de México están contaminados en diversos niveles, reciben descargas residuales municipales, de empresas, talleres, rastros, de todo.
Existen las instituciones, leyes en la materia, pero de poco sirven porque al agua es contaminada todos los días.
Por eso el agua se está convirtiendo en el elemento más caro en México y el mundo, a menos disponibilidad más cara. Las fuentes de agua o abastecimientos cada vez son menos, a las mega ciudades y centros urbanos el agua hay que traerla de lugares más lejanos, muchas veces con conflictos sociales, las comunidades se oponen a que se lleven el agua pues temen quedarse sin nada.
El modelo neoliberal en México y el mundo está lucrando con el agua, la está privatizando, la está entregado a grandes empresas, las que la administran y la venden a la población, al sector comercial y a las industrias; esas empresas con el aval de los gobiernos obtienen miles de millones de pesos por la venta de agua.
Los estados y gobiernos en el mundo dejan el agua en manos privadas, les otorgan concesiones por muchos años. En México el gobierno otorga concesiones a empresas nacionales y extranjeras para el desarrollo de proyectos como mineras, hidroeléctricas, lo que implica el consumo de cantidades estratosféricas de agua y el uso de productos químicos que contaminan el agua.
El agua que, de acuerdo a la Constitución federal pertenece a la nación, se otorga a empresas privadas para que la administren, lo que lleva a un encarecimiento del servicio. Hoy un hogar común de una colonia o comunidad, paga en promedio 200 pesos mensuales para que a su hogar llegue agua, en muchos casos una hora a la semana, por lo que tiene que almacenarla para que le alcance.
De continuar esta tendencia privatizadora y contaminante del agua, es muy probable que en 20 años más cada familia estará pagando veinte veces más y con un abastecimiento menor.
Es muy probable que de continuar todo esto en su conjunto, a partir del 2050 el tema de agua hará crisis nacional y mundial, y que en ese tiempo conseguir agua será muy caro y complicado, lo que llevará a conflictos sociales graves.
El modelo económico y político, y el crecimiento demográfico, están acabando con el agua, la están contaminando, encareciendo y agotando.
El modelo no entiende que el agua junto con el oxígeno son la base de la vida, que sin ellos nada es posible, absolutamente nada, que toda la tecnología y desarrollos se vienen abajo si no hay agua ni oxígeno.
El modelo es depredador, destructor, aniquilador, todo lo que hace es con fines de lucro, está acabando con especies, bosques, selvas, está contaminando el agua y la poca que queda limpia la está comercializando, haciendo grandes negocios con el vital líquido.
El modelo tiene instituciones y leyes supuestamente para proteger el agua, las especies y recursos, pero de poco o de nada sirven porque el proceso de destrucción y contaminación sigue su curso, parece una gran máquina que va destruyendo todo a su paso.
Se necesita que se avance a otro modelo de gobierno en México y el mundo, a un sistema avanzado que se ponga ya a cuidar la vida, los recursos, el agua, que controle el crecimiento demográfico, que planifique, que utilice la tecnología para bien, que cree un nuevo modelo educativo para formar positivamente a las nuevas generaciones.
El modelo destructor no debe continuar o moriremos de sed y hambre en los próximos años.