A medida que pasa el tiempo, que llegan nuevas cosas, el desarrollo tecnológico, el crecimiento del urbanismo, el crecimiento del capitalismo o neoliberalismo, el crecimiento industrial, se va perdiendo todo, como por ejemplo, lenguas, expresiones culturales y tradiciones.
México es un país muy rico aún en lenguas, en expresiones culturales, en danza, poesía, costumbres y tradiciones, es todo un mosaico de riquezas como pocos países en el mundo; parece que México está blindado, que sus expresiones originales se mantienen a pesar de los cambios tecnológicos, de las ideas y costumbres de las nuevas generaciones.
Todavía en la geografía nacional encontramos por ejemplo, muchas lenguas, expresiones culturales, eso lo vemos en casi todos los estados del país, pero sobre todo en los del centro, sur y sureste.
El estado de Puebla es uno de ellos, se mantienen algunas lenguas como el náhuatl, totonaco, mixteco, popoloca, entre otras.
En los municipios de la Sierra Norte aún vemos cosas maravillosas con los grupos étnicos, en municipios como: Cuetzalan, Huitzilan de Serdán, Huehuetla, Chignahuapan, Tlatlauquitepec, Huauchinango, entre otros. En esos lugares aún vemos mujeres y hombres con su indumentaria tradicional, en las mujeres sus coloridos vestidos que ellas mismas confeccionan, conservan las mismas costumbres de sus antepasados.
El problema es que esa indumentaria cada vez la usan menos, los jóvenes, ya no les interesa, ahora visten como en las ciudades, los cambios los está transformando.
Esos pueblos conservan muchas cosas, como su música, danzas, leyendas, historias, cuentos, costumbres, y que mantienen al pie de la letra
Parece que esos pueblos están blindados contra todo atentado de su lengua y sus costumbres, que nada ni nadie les quitará, sin embargo, el tiempo los ha ido cambiando.
A Puebla capital llegan con frecuencia los grupos de diferentes municipios para anunciar sus ferias, eventos, coronación de la reina del café, de las flores, del milenario amaranto, etcétera. Las mujeres vienen con su indumentaria tradicional, hablando sus idiomas, es una maravilla verlos y escucharlos, pero quizás su indumentaria nada más se la ponen para mostrarla al mundo, al llegar a sus comunidades la cambian por ropa actual.
A pesar del arraigo de estas manifestaciones y expresiones culturales, su permanencia en el tiempo está en serio peligro, por más que se diga lo contrario, los nuevos elementos, las nuevas tecnologías, la nueva educación, el modelo económico y político, ponen en peligro las bases originarias de México.
Sólo hay que ver las lenguas, lo que está sucediendo con ellas. El gobierno federal, estatal y municipal, saben muy bien lo que está sucediendo. Cada vez son menos, por ejemplo los que hablan náhuatl, mixteco, totonaco, entre otras lenguas indígenas.
El problema está en que no sólo se reduce el número de hablantes, sino que se está perdiendo la forma de escribir esas lenguas, no hay suficiente literatura.
Sí, efectivamente, el gobierno federal, algunos estatales y municipales, realizan esfuerzos para conservar lenguas indígenas, se tienen en marcha programas, maestros bilingües, la Constitución escrita en varios de esos idiomas.
Sin embargo, a pesar de esos esfuerzos, sigue el declive en la pérdida de lenguas y expresiones culturales de los pueblos, los grupos, ya no es fácil que los hijos de los grupos indígenas conserven su lengua original, muchas veces la rechazan y prefieren no saber nada de ellas aún cuando sus padres los enseñen a hablar su lengua.
Sí hay jóvenes que conservan sus idiomas y son la continuidad de sus padres, abuelos, bisabuelos, pero lamentablemente cada vez son menos. El INEGI sabe muy bien el número de jóvenes y niños que conservan los idiomas de sus padres, el Instituto deberá de reconocer que el número de hablantes disminuye.
La migración es unos de los factores que ha incidido en este tema, una vez que los jóvenes abandonan sus comunidades pierden todo, incluyendo su lengua original, cuando regresan del norte (si es que lo hacen) hablan hasta inglés.
Nuestros pueblos se resisten, pero sin querer van cediendo espacio a las nuevas formas de vida en el país y el mundo. Así como las especies animales están en extinción por la irresponsable actividad humana, de la misma forma lo están las expresiones culturales en México.
Si se pudiera viajar en el tiempo se vería cómo dentro de cien años, todo lo que hoy aún tenemos en expresiones culturales y lenguas, estarán en franca decadencia o desaparecidas, quizás sólo se conserven en los libros y museos.
El modelo es destructor de todo, no sólo está eliminando recursos naturales y especies animales, sino también expresiones culturales, idiomas, costumbres, tradiciones, todo.
Si, nuestros pueblos se resisten, aún vemos mucha expresión cultural en el país, pero ¿por cuánto tiempo? El modelo parece una poderosa barredora de culturas tradicionales, de lengua originarias, todo se lleva y arroja en la basura del olvido para nunca volver.
Hay que tomar en cuenta que a pasos acelerados México abandona lo rural para concentrarse en el urbanismo, y en este proceso se lleva todo, sólo deja huellas de lo pasado y que se van borrando con el tiempo.
Serán sólo los pueblos los únicos que conserven su riqueza cultural, en este modelo no habrá quien los defienda, serán ello sus únicos defensores de lo que tienen.