Opinión Libre
Por: HIPÓLITO Contreras
Cuando el precio de la gasolina era menor a los 8 pesos el litro, nada pasaba, nadie se robaba el combustible, a la delincuencia no se le ocurría perforar ductos de PEMEX, la gasolina y diésel estaban más o menos al alcance de todos.
El gobierno dice que la gasolina ha estado subsidiada y que hoy se está avanzando a su costo real, que por eso se dejó el esquema de ajustar cada mes con incremento en centavos por litro, y se hizo un solo incremento de más del 15 por ciento.
En su mensaje hace unos días, el presidente Peña Nieto aseguró que en el gobierno de Calderón el subsidio a la gasolina fue de un billón de pesos, mil millones de pesos, y que si este año se seguía haciendo lo mismo habría que hacer recortes a los programas sociales, por eso, dijo, este gobierno tomó la decisión de incrementar los combustibles, a pesar del costo político que implica la medida.
Bueno pues, el gobierno federal ya tiene la respuesta a ese incremento que pone a la gasolina y al diésel por los 19 pesos el litro, esa fue la respuesta social, y si dice que en febrero vendrá otro ajuste para acercarse más al precio real de la gasolina a nivel internacional, lo que colocará a la gasolina por arriba de los 20 pesos, pues ya verá cómo será la reacción social.
Este México está despierto, ya despertó, y se prepara para lo que venga, en el 18 va a dar su respuesta a este estado de cosas, no creo que le interese seguir con lo mismo.
Los incrementos mensuales en centavos y que llevaron a más de 14 pesos el litro de gasolina, llevaron al robo de combustible, a la perforación de ductos de PEMEX, robos diario y en grandes cantidades, con la complicidad de autoridades municipales y policiacas, un verdadero desorden.
El robo de combustible se convirtió en un dolor de cabeza para el gobierno federal, pérdidas multimillonarias, un golpe fuerte a las finanzas de la paraestatal que enfrenta una fuerte deuda en miles de millones de dólares.
Se debe reconocer que el gobierno ha dado fuertes golpes a los ladrones de combustible, les ha decomisado cientos de miles de litros de gasolina y ha metido a la cárcel a cientos o miles de ellos, pero lo cierto es que el problema no termina, por el contrario, se incrementa, las bandas delincuenciales no paran, se reagrupan y adquieren armamento, es como una guerra sin fin.
Pero el gobierno sigue su política de ajustar más los precios de las gasolinas, lo hizo con un alto incremento, ahora provocó los saqueos de tiendas grandes, tiendas de conveniencia, generó un mayor descontento social.
Nunca antes en este país se había dado un saqueo de tiendas, al menos no lo recuerdo, si ocurre esto hoy, son señales claras de un fuerte descontento social, dirán que son grupos de delincuentes, pero ¿cuándo antes se había dado eso? Cuando un gobierno funciona no pasa eso, antes era un buen gobierno y las cosas marchaban bien.
Pero ¿hasta dónde una persona que hoy no roba se verá obligada a hacerlo? ¿Cuando esté desempleado? ¿Cuando aún estando empleado no le alcance el dinero para comprar lo básico? ¿Cuando salga a comprar y encuentre las tiendas vacías? ¿Cuando se verá obligado a robar? ¿Acaso nunca lo hará porque es muy honesto? La verdad es que alguna vez lo hará si las circunstancias lo obligan.
El ser humano tiene mil necesidades, y la primera es comer, (la verdad la primera es respirar pero el oxígeno aún es gratis en este país y el mundo), y la va a tratar de satisfacer a como de lugar, el ciudadano tiene hambre y buscará la comida en cualquier lugar.
El régimen, el partido en el poder, el sistema, están conduciendo a la sociedad a un punto sin salida, es como una olla de presión a la que le falla la válvula de escape y va a explotar en cualquier momento.
Eso es justamente lo que está haciendo el régimen, el partido en el poder, está creando las condiciones para que en este país se dé una rebelión general, y en esa rebelión hay de todo, serán un país sin control, un barco a la deriva y que se va a hundir irremediablemente.
Los saqueos del 5 de enero fueron eso exactamente, la respuesta de una sociedad que se está cansando, que está llegando al final de su paciencia, unos lo demuestran manifestándose, otros tomando carreteras y autopistas, otros robando lamentablemente, pero todos están inconformes, molestos, enojados.
El gobierno podrá meter a la cárcel a todos los delincuentes, pero con eso no resuelve el problema, la sociedad podrá organizarse para defenderse de los delincuentes, el país se podrá llenar de policías, patrullas y armas, pero eso no resuelve el problema.
El inconveniente es que el régimen le atiza a la lumbre, no trata de apagarla, dice que los delincuentes no van a parar sus proyectos económicos, que todo va a seguir como está proyectado.
La respuesta a todo eso la tiene la sociedad, es esa sociedad la que va a decir, sí o no señor presidente, al final es la que avalúa y califica, la calificación la va a dar en el 18, ya no falta mucho.