Por: Enrique Almaraz y Sánchez
1810 marca la historia de la nación, la independencia virreinal. Yugo de 300 años de dominación, criollos y mestizos ansiaban libertad.
El cura Hidalgo, padre de la patria mexicana, con otros héroes adelantó el grito genial: “Que viva México, que viva América”. Morelos, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero.
200 años de libertad nos hermanan, en esta república de México sobresaliente. ¿Cómo no celebrarla con mi sangre caliente? ¿De tantas personas que sellaron la Azaña?
Perdimos la batalla de Guadalupe de Baján, pero ya en Atotonilco la virgen de Guadalupe era la generala y protectora de nuestro escape de muertos, pero no esclavos, nación libre y con lealtad.
Y aunque haya quien viva sin amar… Y quien, odiando, destruya vidas con espanto: Me vestiré de gala, como el guerrero jaguar y otra vez en mi rodela, moriré de flor y canto.
Cúbranme de púrpura y de flores por mi llanto, ahí sonreiré para siempre en las 7 cuevas de mis siete tribus, maíz y néctar de mi canto y estaré en la casa del sol y amo de las tinieblas.
Encenderé mi corazón en tu amor, porque ya en la noche tú laboras. Y en el profundo de mi tarea que adornas dándome el mando de Dios sol.
En la montaña más alta de la tierra, gritaré tu nombre, con las alas del viento: Y abrirás las nubes con luz más tierna para estarme con la palabra de aliento.
México, México, en pirámide más alta de los dioses, anunciaré el fuego nuevo que nos une.
Y nueva cuenta tendrá el rojo de los soles, el verde de los campos y el blanco de las nubes.
¡Mi bandera nacional!
12 de septiembre de 1988