Por: Alejandro García Azcué
El Instituto Estatal Electoral del Estado de Puebla, es en teoría un ente autónomo, pero después de fungir como árbitro de las elecciones para elegir gobernador en 2018, cuando dieron por ganadora a la extinta Martha Érika Alonso sin importar el desaseo en dicha elección, esta autonomía se puso en duda.
El IEE nunca cumplió los preceptos que lo rigen de legalidad, imparcialidad, objetividad, certeza, autonomía, independencia y equidad. Se encontraron muchas irregularidades como: la violación a los paquetes electorales, abiertos previamente al conteo por parte de los consejeros electorales, y la falta de seguridad en las bodegas donde se resguardó el material electoral, errores en las actas y en la suma total de votos.
A pesar de todas las pruebas, el órgano electoral estatal le dio el triunfo a Martha Erika Alonso, esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien festejó el triunfo sin esperar la resolución final a cargo del TEPJF, que fue impugnada por Miguel Barbosa.
La elección de 2018 en Puebla fue a todas luces un fraude, ante la negligencia de las autoridades electorales estatales que no supieron ni siquiera disimular su desaseo.
Ahora en 2021, nuevamente enseñan el cobre, siendo totalmente parciales e ineficientes. Las elecciones que se avecinan para el 6 de junio próximo, tienen la característica de que sus campañas, para la promoción del voto, son cortas, es decir, 30 días, terminando el 2 de junio del año en curso. Aunado que hubo impugnaciones en todos los partidos por los candidatos asignados de manera poco transparente.
Por programa, las campañas a presidentes municipales, tendrían que comenzar el 4 de mayo, pero por ineficiencia administrativa del IEE, no pudieron concretarse en tiempo y forma la liberación de las candidaturas, para los 217 municipios y las 26 diputaciones locales.
Debido a que el IEE, aplazó el 3 de mayo, casi cuatro horas su sesión especial relativa a la validación de candidaturas, ningún aspirante de las 13 fuerzas partidistas en la entidad pudo arrancar campaña el primer minuto del 4 de mayo.
La demora se debió a que la Dirección de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto no se dio a basto para procesar las subsanaciones que presentaron las fuerzas políticas, la mayoría para cumplir con los criterios de paridad de género y las acciones afirmativas que se implementaron a fin de dar espacios de participación a grupos vulnerables, entre estos, las comunidades indígenas.
La ineficacia e ineficiencia del IEE ha alterado la agenda política de las campañas, así como sus aperturas. Esto no es algo menor. Esto genera dinero, trabajo y esfuerzo del equipo de campaña de los candidatos, ya que tienen que modificar espacios, lugares y tiempos, todo en detrimento de sus campañas.
A estas alturas, el IEE de Puebla, no ha sido capaz de emitir un comunicado, justificando su tardanza o por lo menos, ofrecer una disculpa pública por sus brutalidades administrativas. Aún así, el IEE sigue recibiendo las prerrogativas de ley. Por eso y muchas cosas más, como dice el clásico, el IEE debe de transformarse desde sus raíces. Y eso nos toca exigirlo a nosotros como ciudadanos.