Por Sergio Valero Orea
Atrás quedó el corporativismo, atrás quedaron los líderes charros, atrás quedó la simulación, atrás quedó la opacidad, atrás quedaron los dedazos. Ninguna de estas acciones abona a la democracia.
Los conservadores y simuladores se resisten al cambio.
La carta magna lo establece en su artículo 9, nadie podrá coartar el 𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐫𝐬𝐞.
El propio gobierno de la república que encabeza nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ha publicado lo siguiente: “𝐿𝑎 𝑙𝑖𝑏𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑎𝑠𝑜𝑐𝑖𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑟𝑒𝑐ℎ𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑎 𝑜𝑟𝑔𝑎𝑛𝑖𝑧𝑎𝑟 𝑟𝑒𝑢𝑛𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑝𝑎𝑐𝑖́𝑓𝑖𝑐𝑎𝑠 𝑦/𝑜 𝑎 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑟 𝑜𝑟𝑔𝑎𝑛𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑜𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠, 𝑜 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑔𝑟𝑎𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑎 𝑙𝑎𝑠 𝑦𝑎 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠, 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑎𝑟 𝑒𝑛 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒𝑠𝑒𝑠 𝑦 𝑒𝑙 𝑒𝑗𝑒𝑟𝑐𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑟𝑒𝑐ℎ𝑜𝑠. 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑜𝑏𝑙𝑖𝑔𝑎𝑟 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑚𝑎́𝑠 𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑎 𝑢𝑛 𝑔𝑟𝑢𝑝𝑜 𝑜 𝑎𝑠𝑜𝑐𝑖𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑟𝑒𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎𝑙𝑖𝑎𝑠 𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑡𝑒𝑚𝑜𝑟 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑎𝑚𝑒𝑑𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜, ℎ𝑜𝑠𝑡𝑖𝑔𝑎𝑑𝑜, 𝑙𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛𝑎𝑑𝑜, 𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑑𝑖𝑑𝑜, 𝑔𝑜𝑙𝑝𝑒𝑎𝑑𝑜, 𝑑𝑒𝑡𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜 𝑜 𝑟𝑒𝑐𝑙𝑢𝑖𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑎𝑛𝑒𝑟𝑎 𝑎𝑟𝑏𝑖𝑡𝑟𝑎𝑟𝑖𝑎, 𝑡𝑜𝑟𝑡𝑢𝑟𝑎𝑑𝑜, 𝑎𝑠𝑒𝑠𝑖𝑛𝑎𝑑𝑜 𝑢 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑝𝑎𝑟𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑓𝑜𝑟𝑧𝑎𝑑𝑎.” https://www.gob.mx/…/que-significa-mi-derecho-a-la…
Que alguien les explique.
La falta de legitimidad provoca tomar decisiones con el hígado.
Y estás decisiones pasan por enviar oficios para solicitar información sin sustento legal, o replicar notas pagadas, faltando a la verdad y que lejos de cumplir su misión, desinforman.
No, la 𝐜𝐮𝐚𝐫𝐭𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐍𝐎 𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐨.
Ahora resulta que, las personas del 𝒑𝒓𝒐𝒚𝒆𝒄𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒍𝒊́𝒕𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒇𝒆𝒏𝒅𝒊𝒐́ 𝒍𝒐𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒆𝒔𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒖𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒐𝒄𝒉𝒐 𝒂𝒏̃𝒐𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒆𝒗𝒊𝒔𝒐́ 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒄𝒐𝒍𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐, 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒐́ 𝒂𝒅𝒆𝒖𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒂𝒍𝒂𝒓𝒊𝒂𝒍𝒆𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓𝒐́ 𝒄𝒐𝒏𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍𝒆𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒔𝒑𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒐́ 𝒍𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒎𝒑𝒍𝒊𝒐́ 𝒃𝒆𝒏𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚, 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒍, 𝒔𝒆 𝒔𝒖𝒇𝒓𝒊𝒐́ 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒆𝒄𝒖𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒑𝒐𝒍𝒊́𝒕𝒊𝒄𝒂 𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒊𝒅𝒐𝒔 𝒊𝒏𝒋𝒖𝒔𝒕𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐𝒔, resulta que somos personas “no gratas”.
Hágame el favor.
Les digo, actúan con el hígado y, lo peor de todo, actúan mal exhibiendo su desconocimiento.
Afortunadamente, ciudadanos, profesionistas, amas de casa, docentes y público en general cuentan con un criterio propio, no se dejan engañar por mentiras y toman decisiones de manera informada.
¡Qué viva la democracia!
¡Qué vivan las instituciones!
¡Qué viva la Cuarta Transformación!