Redacción / Información nacional.
Los pronósticos hechos en el año 2019 sobre la posible sobreexplotación del agave para la producción de tequila se han vuelto realidad a raíz de los datos publicados por el Consejo Regulador del Tequila (CRT). Según los reportes del CRT, entre el año 2015 y marzo de 2023 existen 1394 millones de plantas de agave establecidas en 418,000 hectáreas en 173 municipios. Esto significa que hay ocho veces más agave de lo que todas las fábricas pudieran procesar, lo que hace inminente una caída en el precio del agave.
Ante el escenario para el segundo semestre del año 2024, los analistas auguran un escenario de inflación a nivel mundial y de volatilidad en el mercado afectando a Estados Unidos, el mayor mercado para el Tequila. Esto hará que se reduzca la exportación de tequila mexicano generando una desaceleración en el crecimiento económico. Además, el hecho de que haya excesivas plantaciones de agave azul ha causado caídas en el precio llegando a $10 o menos, lo cual impactará en la industria tequilera que deberá buscar nuevas formas de adaptación a la nueva economía.
Por tal motivo, se recomienda a los agricultores de la república mexicana diversificar su actividad primaria para abarcar una mayor área productiva; un hecho que pone en evidencia el conflicto de intereses que se presenta entre agricultores e industriales, siendo este último el encargado de proteger la información para evitar un magnificar la situación actual.
La sobreproducción de agave en México genera una alerta climática
La industria del tequila en México está generando una alerta climática debido a la sobreproducción de agave. A 17 años de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, el paisaje agavero se ha convertido en un depredador ecológico.
Según datos del Consejo Regulador del Tequila (CRT), la demanda de tequila ha aumentado significativamente en los últimos años, provocando que el cultivo del agave se extienda a otras zonas del país, como Michoacán y Guanajuato. Esto ha llevado a la quema y la deforestación de espacios naturales para la siembra del agave, incluso en bosques como el bosque La Primavera.
Además, el aumento de los cultivos agaveros ha contribuido a la pérdida de los ecosistemas clave y al descenso de otros productos básicos como el maíz. Estos problemas han puesto en jaque el futuro del paisaje agavero, así como su viabilidad ambiental.
Por lo tanto, es necesario actuar urgentemente para hacer frente al creciente consumo de tequila y evitar la destrucción de bosques naturales. Esto requerirá la colaboración de la industria, el gobierno y la ciencia. Al mismo tiempo, también se debe buscar la forma de diversificar los cultivos de agave y restringir la producción de tequila a aquellas áreas donde no se afecten los ecosistemas ni se ponga en riesgo a otras especies.