Hipólito Contreras / Puebla, Pue.
Carlos Moreno, dirigente del movimiento nacional “Yo soy médico 17”, dio a conocer que entre 2013 y lo que va del 2017, se han registrado 26 asesinatos, 2 desapariciones y 71 amenazas a médicos, pasantes y enfermeras. Por lo que la violencia y los crímenes en contra de médicos, enfermeras y residentes van en aumento en el país.
Detalló que del personal asesinado, 7 son pasantes de medicina y residentes, mientras que 19 han sido médicos, enfermeros o especialistas. El caso más reciente es el del director del hospital del ISSSTE en Mazatlán, Sinaloa, Miguel Ángel Camacho, quien fue asesinado a balazos el pasado miércoles.
En ese mismo periodo han sumado 9 casos de agresiones contra personal del sector, desde golpes hasta intento de homicidio; 2 médicos desaparecidos, 3 de centros de salud y 25 médicos asaltados, y casi 71 profesionales amenazados.
Desde 2006, el movimiento comenzó a documentarse los casos de agresiones contra profesionales de la salud y cada vez se registran más.
Desde entonces y hasta el 2012, contabilizaron 3 médicos pasantes asesinados, 2 secuestrados y 62 trabajadores del sector que recibieron amenazas.
El dirigente del movimiento advierte que los números podrían ser más altos, ya que muchas personas del gremio no se atreven a hablar por temor a ser agredidos de nuevo o porque las amenazas en su contra se cumplan.
Para la agrupación que busca defender a los trabajadores del sector, la creciente violencia responde, al menos, a dos problemáticas: la delincuencia organizada y las carencias del sistema de salud.
“Una es el crimen organizado, cuando se tiene que atender a los sicarios lesionados en las comunidades alejadas. Y el médico puede ser blanco también de los mismos pobladores, cuando no están de acuerdo con algún tipo de atención.
“A veces no hay citas inmediatas, insumos o medicamentos y se le atribuye al médico la responsabilidad y se le agrede”, explicó Moreno.
Aunque el movimiento ha convocado a marchas y a dialogar con las autoridades sanitarias, las demandas que han planteado de mejores condiciones laborales, abasto de medicamentos e insumos y seguridad no se han resuelto del todo.
Carlos Moreno recordó que en diciembre de 2016 se reunieron en Guadalajara con el secretario de Salud federal, el gobernador del Estado y el director general del ISSSTE, para buscar soluciones a los problemas que aquejan al sistema de salud. “Y la verdad es que, hasta ahorita, no hemos tenido respuesta”, sostuvo.
Sin embargo, los integrantes del movimiento seguirán exigiendo a las autoridades que investiguen los asesinatos de sus colegas y que refuercen la seguridad.
De esa cifra, cinco casos son de Puebla
Cinco médicos han sido asesinados en Puebla en los últimos dos años, siendo el caso más reciente el del director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) en Tehuacán, Ángel Noé Mercado Carrillo, cuyo cadáver fue hallado embolsado en el techo de su casa la noche del lunes.
El mismo día, 14 de mayo cuando desapareció el médico cirujano de dicho instituto, quien también laboraba en el Hospital de la Mujer de Tehuacán, Gerardo Alvarado Herrera, jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número 8 de Acatlán de Osorio fue baleado a una calle de la subestación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Asimismo, el del subdirector nocturno del Hospital General de Teziutlán, Isidro Baltazar de la Merced, fue asesinado de un disparo en la cabeza en junio del 2015 tras haber sido secuestrado. El médico fue hallado sin vida a un costado de su coche tipo FIAT color negro en el paraje denominado Huexoteno, entre el municipio de Atempan y la caseta de cobro de la Autopista Puebla-Teziutlán.
Otro caso se registró en mayo del 2016, cuando el médico de 50 años de edad, José Rufino Murguía Campos fue encontrado en el fondo de un pozo en la colonia La Carmelita. El asunto tampoco fue esclarecido por las autoridades.
Otro caso fue el de Nohemí Guadalupe Vergara Espinoza, quien fue vista por última vez el 29 de marzo, cuando acudía al Instituto Profesional de Terapias y Humanidades. Familiares de la joven la reportaron como desaparecida y, un día después el cuerpo de la mujer fue encontrado calcinado en el tramo Tezonteopan de Bonilla a San Juan Vallarta, perteneciente al municipio de Huaquechula. Julio Arcenio N. y su esposa Carmelita N., ambos médicos de la región, fueron encontrados culpables del crimen, porque supuestamente, Nohemí mantenía una relación sentimental con Julio.
Un interno de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), perdió la vida debido a que fue obligado a realizar guardias en el Hospital Ángeles de Puebla, a pesar de tener un marcapasos.
Compañeros del joven, refirieron que la víctima convulsionó, sufrió un paro y falleció, mientras realizaba su guardia. Posteriormente, el hospital lamentó el fallecimiento del interno sin realizar alguna otra acción en favor de la familia del joven.
El asesinato del médico Miguel Ángel Camacho Zamudio, consternó a Sinaloa
¿Cómo voy a vivir sin tí?, ¿Por qué me quisiste tanto? ¡Me hubieras querido menos!, se escuchó el reclamo de Claudia, esposa del doctor Miguel Ángel Camacho Zamudio, durante el homenaje en la explanada de la clínica del ISSSTE, por donde caminaba todos los días.
El diario del norte del país El Debate, apuntó que sus amigos, compañeros de trabajo y gremio médico de instituciones públicas y privadas acudieron a despedirlo en el que fue su centro de trabajo hasta el miércoles pasado, día que fue asesinado de un balazo casi a la entrada de la institución.
Los cientos de asistentes portaban moño negro y llevaban flores blancas y globos blancos. El silencio que predominaba fue interrumpido por el sonido de la ambulancia que anunció la llegada del cuerpo del Miguel Ángel.
Se montó guardia alrededor del ataúd. La doctora Martha Angulo dijo que el médico fue excelente padre de familia y admirable hombre con un fervor hacia sus padres, Esperanza y Alfonso. “Nadie me dejará mentir que fue un gran ser humano”, dijo con la voz entrecortada y su rostro lleno de lagrimas.
En medio de los mensajes, un médico levantó el puño y gritó: “¡Justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!”, y todos se sumaron al reclamo. Unidos le pidieron a la autoridad que esclarezca el asesinato para que no se vaya a las estadísticas e impunidad.
Al lugar llegó el sacerdote Joel Meza, dirigió la oración y pidió por el eterno descanso del doctor mientras bendecía el féretro. El religioso pidió para que la esposa, los hijos, los padres y los hermanos del galeno tengan resignación. También oró para quienes le quitaron la vida se arrepientan.